Argentina: la Iglesia de Neuquén ante una situación preocupante

A 60 años de la creación de la diócesis, el obispo y las pastorales diocesanas, presentaron un panorama de la realidad diocesana y los retos a futuro

“Queremos compartir la necesidad de una mirada actual que permita reconocernos en nuestra historia con memoria agradecida y propicie a su vez los acercamientos necesarios para abordar este tiempo que estamos viviendo”. Aquí la intención de la pastoral neuquina al compartir una carta abierta con la comunidad.



Firmaron dicha carta el obispo titular, Fernando Croxatto y las distintas pastorales diocesanas: pastoral social, aborigen; de animación diocesana; catequesis; la pastoral de la caridad y Cáritas diocesana; la pastoral carcelaria; de educación católica; juventud; la pastoral de migraciones, de misiones, y la pastoral rural; la de salud; pastoral vocacional, de comunicación; y la pastoral económica.

Conflictividad social

Hicieron explícitas varias consideraciones sobre la crisis social en la provincia. En particular, señalaron la conflictividad social que impone un malestar cada vez más inquietante y que llama a todos a involucrarse, señalando las situaciones injustas:

  • Las familias de los asentamientos y su reclamo habitacional, ante la miseria de no contar con un techo y con condiciones dignas de vida
  • Los trabajadores de Cerámica Neuquén y el pedido de intervención estatal para preservar las fuentes de trabajo ante el inminente remate judicial
  • La problemática de los edificios escolares, la falta de personal e insumos para cumplir con los protocolos: alumnos no escolarizados durante la pandemia, la falta de conectividad en el interior, el no funcionamiento adecuado de los albergues rurales
  • La desocupación e incertidumbre en aumento de distintas áreas de trabajo por la crisis económica sostenida que atraviesa todo el arco productivo
  • El aumento del costo de vida, los precios de la canasta básica, el aumento de los combustibles
  • La alarmante suba del precio de los alquileres, la toma de tierras, la migración interna por la falta de trabajo en las zonas rurales y la consiguiente separación de las familias

Salud pública

En la carta también distinguieron el estado del sector sanitario. Destacaron que fue sometido a esfuerzos sobrehumanos en el contexto de pandemia, con escasez de recursos materiales.

A esta situación, se suman los salarios injustos de los trabajadores que imponen la migración del recurso humano al sector privado, lo que resiente el servicio de salud pública al que accede la ciudadanía, sobre todo los sectores más vulnerables por la gratuidad de los servicios.

Hoy, al personal de salud se autoconvoca en las calles y en las rutas, pidiendo diálogo con las autoridades ya que no encuentran eco para llegar a una solución.

La Casa Común, afectada

Los firmantes señalaron la falta de acciones concretas del Estado en el cuidado del medio ambiente. Entre ellas, destacaron situaciones locales como una muestra de la falta de comunión con la tierra:

  • la degradación del monte neuquino por la falta de controles en la actividad petrolera,
  • la presión y el avance del mercado inmobiliario sobre los ecosistemas ribereños y,
  • la exclusión de la sociedad civil del comité de alerta hídrico ambiental son una muestra de la falta de comunión con nuestra tierra.

“No podemos olvidar que la tierra «nos precede y nos ha sido dada» (LS.67), ha sido dada por Dios «a toda la humanidad». Y por tanto, nuestro deber es hacer que sus frutos lleguen a todos, no sólo a algunos”, mencionaron en la carta.

La falta de respuestas

“Todos somos Estado y Nación, sin embargo, los responsables primeros y últimos de garantizar el cumplimiento de todos los derechos son quienes gobiernan”, aseguraron.

La Iglesia de Neuquén señaló que, según la Dirección Provincial de Estadísticas y Censos de la Provincia, el 40,4% de las personas son pobres y hay un 12,3% de indigentes. Advirtieron que si no se toman y ejecutan decisiones con responsabilidad, transparencia, voluntad de diálogo, verdad y justicia, habrá consecuencias más graves aún.

Expresaron que observan con preocupación la dilación de promesas y el incumplimiento de acuerdos promovidos y acompañados por distintos actores sociales. Y se preguntaron: “¿Será esta una estrategia de gobierno? Nos cuesta aceptar que pueda ser así”.

Aseveraron que la mayor preocupación son las carencias y necesidades que viven miles de neuquinos y neuquinas de todas las edades, sin que exista una respuesta de las autoridades a esta dramática coyuntura. “… parece primar ‘el poder’ detrás de las posturas y no el bien común del pueblo y de los más necesitados”, dijeron.

Reclamos

Asimismo, en la carta expresaron que “algo en las políticas públicas no está respondiendo” para brindar bienestar a su pueblo, “y nos aleja de ese reino de justicia, equidad, paz y amor al que nos desafía el Evangelio de Cristo”.

Solicitaron, entonces, a las autoridades provinciales abrir los espacios de diálogo para la solución de conflictos “en forma consensuada, pacífica, razonable, justa y duradera”.

La búsqueda del bien común requiere de convicciones y sacrificios personales, comunitarios y sobre todo de aquellos que detentan la posibilidad, los medios, los recursos y las estructuras para encontrar soluciones, y no un maquillaje electoral.

Señalaron las palabras del papa Francisco en ‘Fratelli Tutti’: “Muchas veces es muy necesario negociar y así desarrollar cauces concretos para la paz. Pero los procesos efectivos de una paz duradera son ante todo transformaciones artesanales obradas por los pueblos, donde cada ser humano puede ser un fermento eficaz con su estilo de vida cotidiana. Las grandes transformaciones no son fabricadas en escritorios o despachos…” (231).

Pidieron que, ante la segunda ola en este tiempo de pandemia, ayudarse a sostener la esperanza; y en boca de Francisco: “Invito a la esperanza −dice Francisco− que «nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los condicionamientos históricos en que vive […] La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna». Caminemos en esperanza” (FT 55).

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