El Papa anima a no vivir en “una perenne condición de ‘apnea’, limitándose a soportar el presente”

En una audiencia a los residentes en el Pontificio Colegio Filipino, que celebra el 70 aniversario de su fundación, anima a aprovechar el momento actual, pues hoy “es cuando Dios llama”

No hay que vivir en el “eterno mañana”, retrasando a una “hipotética condición ideal” el momento de hacer cosas buenas por los demás. Este consejo dejó el papa Francisco a los laicos, consagrados y sacerdotes durante la audiencia que mantuvo este lunes en el Palacio Apostólico del Vaticano con los residentes en el Pontificio Colegio Filipino de Roma. Esta institución celebra en 2021 el 70 aniversario de su fundación y el medio milenio desde el inicio de la evangelización en el país asiático.



“No viváis en una perenne condición de ‘apnea’, limitándoos a soportar el presente y esperar que pase”, comentó Jorge Mario Bergoglio en su discurso, en el que animó a aprovechar el momento actual. “El presente es cuando Dios llama, no ayer ni mañana. Estamos llamados a vivir el hoy, incluidas las contradicciones, sufrimientos y miseria, de las que no hay que huir y evitar, sino asumir y amar como ocasiones en que el Señor nos ofrece para estar más íntimamente unidos a Él, también en la cruz. Hoy es el tiempo de la concreción”, dijo.

Dirigiéndose luego a los sacerdotes que residen en el Pontificio Colegio Filipino, les recordó que se encuentra en Roma “para estudiar”, por lo que les invitó a no echar de menos las parroquias de las que provienen ni tampoco a distraerse imaginando “los prestigiosos encargos que el obispo os confiará a vuestro retorno”. Su objetivo debe ser en cambio “amar esta comunidad concreta”, “aprovechar la oportunidad” de hacer prácticas pastorales y, principalmente, ser “serios y diligentes en el estudio”.

La emoción del ‘primer amor’

Francisco instó a los jóvenes sacerdotes filipinos a que recordaran su propia historia cuando se sintieran “cansados” o desmotivados. “Pero no para escapar a un pasado ‘ideal’, sino para reencontrar el impulso y la emoción del ‘primer amor’. Hace bien recorrer los pasajes de Dios en nuestra vida, todas las veces en que se ha cruzado en nuestro camino”, dijo.

“Si el pasado ofrece la oportunidad de ser conscientes de la solidez de nuestra fe y de nuestra vocación”, continuó el Papa más adelante, “el futuro amplía los horizontes y es una escuela de esperanza. La vida cristiana está por su naturaleza proyectada hacia el futuro, el inmediato pero también el más lejano”. Para “vivir en paz nuestro presente”, en definitiva, hay que evitar quedarse atrapado en el pasado y combatir al mismo tiempo la tentación de “huir hacia adelante”.

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