Parece que la salida del cardenal Robert Sarah de la Curia Romana no va a ser del todo pacífica. Y es que antes de que el papa Francisco nombre al nuevo prefecto para la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, Claudio Maniago, presidente de la Comisión Litúrgica de la Conferencia Episcopal Italiana, hará un completo informe de la situación del ‘ministerio’ vaticano.
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Comienzan las consultas
Tras la publicación en Francia de una “visita canónica” al departamento presidido desde 2014 por el cardenal guineano; el arzobispo Arthur Roche, secretario de la Congregación, desmintió a la agencia estadounidense CNS que se tratase de una visita en esos términos. “Es más bien la naturaleza de las consultas que un obispo diocesano tendría con su vicario general y otros cuando está nombrando a un nuevo párroco. En este caso, la idea es conocer las necesidades de la parroquia, la situación actual, así como tener en cuenta su dirección futura”, explican desde el dicasterio romano.
Claudio Maniago, obispo de la diócesis de Castellaneta, forma parte de la Congregación para el Culto Divino y está en el Consejo Permanente del episcopado italiano desde 2015. Responsable de la Comisión de Liturgia desde 2015, ha impulsado la aprobación del Misal italiano con modificaciones en el Padre Nuestro o en el que se ha dejado de lado la traducción de Benedicto XVI de las palabras de la consagración. Gestos que le han posicionado en una línea diferente a la que Sarah ha parecido mantener. La nueva constitución de la Curia centra las tareas de este dicasterio en la implantación y continuación de la reforma litúrgica del Vaticano II, frente a la insistencia del guineano en rescatar la tradición litúrgica anterior.
