La pandemia no puede frenar la Jornada de la Infancia Misionera

“La Infancia Misionera hace maravillas por la felicidad de los niños. Sin ella, algunos niños no conocerían la alegría de vivir. ¡Que Dios bendiga a sus benefactores!”. Estas palabras son de Rémy Kabore, capellán de un hospital católico Burkina Faso. Un centro sanitario en el que niños como Landry Thiombiano, de 12 años, han sido liberados del trabajo infantil al que estaban sometidos triturando bloques de granito de sol a sol y han vuelto a estudiar. Este es solo uno de los testimonios que hacen que iniciativas como la jornada de la Infancia Misionera sean imprescindibles.



Jesús en nuestra familia

Más allá de las limitaciones de aforo y otras consecuencias de la pandemia, las parroquias se unen a esta tradicional jornada misionera impulsada por Obras Misionales Pontificias y que este año tiene como lema ‘Con Jesús a Nazaret, ¡Somos Familia!’. Una cita que en España se celebra este domingo 17 de enero con una colecta especial con la aportación que los más pequeños han realizado en Navidad a través de las “huchas del compartir” o los compromisos de un calendario de Adviento.

Más allá de este día, es toda red una mundial que surgió de una iniciativa pontificia que se ponía en marcha en 1843 con el objetivo de hacer realidad el objetivo de que “los niños ayudas a los niños” y que en 2020, desde el Fondo Universal de Solidaridad y con el trabajo de los misioneros, permitió ayudar en educación, salud y formación cristiana a cuatro millones de niños en 120 países.

La propuesta de esta edición, en sintonía con el proceso iniciado hace unos años para redescubrir la propia infancia de Jesús, se centra en la Sagrada Familia. Así se han presentado diversas iniciativas desde el pasado mes de noviembre en grupos de catequesis y en diferentes propuestas pastorales de las escuelas y grupos de fe. Y es que a lo largo de todo el año Infancia Misionera desarrolla actividades misioneras en colegios y grupos de catequesis, ofreciendo materiales que invitan a los más pequeños a rezar y a vivir como pequeños misioneros en sus propios ambientes y hogares y tiene su día más destacado en esta Jornada de la Infancia misionera, auténtico “Domund para los niños”.

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