El ‘Yo acuso’ de James Martin a los curas católicos que avivaron el asalto al Capitolio

El jesuita James Martin destapa en la web de la revista ‘America’, de la que es editor, a los obispos y sacerdotes que avivaron el ataque al Capitolio de los Estados Unidos con los mensajes que han ido trasladando en los últimos meses a las redes sociales. Para Martin las intervenciones de estos clérigos “fueron parte de un patrón de mensajes de obispos y sacerdotes que no sólo se eligieron en términos de puro bien versus puro mal, sino en lenguaje apocalíptico”.



El partido de la muerte

Martin comenta, por ejemplo, un vídeo de James Altman, párroco en Wisconsin con el título “No se puede ser católico y demócrata” que ha tenido más de 1,2 millones de visualizaciones. “Deja de fingir que eres católico y vota a los demócratas. Arrepiéntanse de su apoyo a ese partido o se enfrentarán al fuego del infierno”, llega a decir.

A pesar de las llamadas de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos o del papa Francisco llamando a formar la conciencia en lugar de hacer campaña no es igual en todos los sacerdotes. De hecho, el obispo de Altman, William Patrick Callahan, relata Martin, criticó la forma pero no el contenido –destacó la “innegable verdad que motiva el mensaje” del párroco–. De hecho, el sacerdote publicó un nuevo vídeo: “Los católicos liberales son lobos con piel de cordero” y en una entrevista llegó a decir que “si votas por Biden estás votando por el asesinato de bebés”.

Otro caso es el de Ed Meeks, de Maryland, y una homilía publicad el YouTube en la que habla del Partido Demócrata como el “partido de la muerte”. Entre los dos millones de visitas está el obispo de Tyler (Texas) Joseph Strickland que lo difundió. El obispo Thomas Daly de Spokane también lo alabó en una entrevista en la que declaró: “Si el aborto es intrínsecamente malo… ¿cómo pueden los católicos votar por un candidato como Biden?”

Hojas parroquiales y mensajes en las redes sociales han distribuido mensajes similares. Es el caso de, entre otros, Kevin Cusick, sacerdote en Maryland, que escribió “Joe Biden no es un católico practicante. Y los católicos practicantes no pueden votar por Biden para presidente en buena conciencia”. David Miller, de Carolina del Norte, señaló en una homilía difundida en internet que si Biden “muere como está ahora, sin arrepentirse por sus años de negar a Cristo… antes de arrepentirse… usted y yo sabemos a dónde irá: Será condenado al infierno por toda la eternidad”.

Lenguaje apocalíptico

Desde Roma han emitido mensajes similares el cardenal Raymond Burke y, de forma muy activa, el arzobispo Carlo Maria Viganò, exnuncio del Vaticano en los Estados Unidos que habla de Biden como “una marioneta manipulada por la élite, una marioneta en manos de gente sedienta de poder y dispuesta a hacer cualquier cosa para expandirlo”, un defensor del “ecumenismo, ambientalismo maltusiano, pansexualismo e inmigracionismo” algo que para él es casi satánico.

“No entiendo cómo el Sr. Biden puede afirmar que es un católico bueno y fiel, ya que niega tanto la enseñanza de la Iglesia, especialmente en lo que respecta al abuso absoluto de los niños y las violaciones de los derechos humanos de los más inocentes, los que aún no han nacido”, tuiteó el obispo Richard Stika de Knoxville, Tennessee, a la vez que definía a la candidata a la vicepresidencia Kamala Harris como “una fanática anticatólica”. “¿Por qué los partidarios de este maldito perdedor Biden y su moralmente corrupto y odioso partido demócrata no pueden decir nada en apoyo de su candidato perdedor sin usar la palabra Trump? ¿Qué demonios tenéis que decir en vuestro favor, perdedores?”, escribió Frank Pavone, director nacional de Sacerdotes por la Vida, en un tweet que borró poco después.

Un asalto ‘sagrado’

En un ambiente caldeado entre estos mensajes, no extraña que en el asalto al Capitolio se coreasen lemas como “Jesús salva”, “Dios, armas y triunfo”, “Necesitas a Jesús” o, en la misma pancarta “Jesús es mi salvador. Trump es mi presidente”. Incluso hay quien amenazaba a algunos congresistas al grito de “¡Ríndete si crees en Jesús! ¡Ríndete si crees en Donald Trump!”

Para Martin muchos de los que participaron en el asalto como “misión sagrada” no estaban sino poniendo en práctica “lo que escucharon desde el púlpito, leyeron en los boletines parroquiales y vieron en las redes sociales”. “Irónicamente, los sacerdotes y obispos que se consideran a sí mismos pro-vida ayudaron a crear un ambiente lleno de odio que condujo al caos, la violencia y, en última instancia, a la muerte”, concluye el jesuita.

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