Cuando en los años 60 del siglo pasado el sacerdote Lorenzo Milani llegó como párroco a la pequeña aldea de Barbiana, en mitad de la montaña en la comuna toscana de Vicchio, no había carretera, ni luz, ni agua corriente, ni teléfono… Allí dejaría su impronta (crítica) como párroco y como maestro. Para que el legado permanezca a buen recaudo la archidiócesis de Florencia asumirá la gestión del complejo desarrollado por Milani que el propio papa Francisco visitó el 20 de junio de 2017.
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“La archidiócesis, al asumir la responsabilidad de los bienes del complejo, comprometiéndose a su protección y mantenimiento, cree que debe asumir también la responsabilidad pastoral de la custodia y promoción de la memoria del sacerdote Lorenzo Milani, de él y de su acción pastoral y civil, primero como capellán en Calenzano y luego en Barbiana como párroco, hasta su muerte”, recoge el comunicado de la diócesis recogido por el periódico local Il Filo.
Por ello, este 1 de enero la propiedad de algunas locales y templos vinculados al impulsor de la escuela de Barbiana será transferida. “La Iglesia florentina siente este compromiso como un deber con Lorenzo Milani”, señala la diócesis que “siente como suya la tarea de supervisar y dirigir el encuentro con los lugares de memoria de Lorenzo Milani, en los que se transmiten su experiencia y su mensaje”. Para mantener la memoria del sacerdote educador, se ha creado un comité específico que desarrollará el legado de Milani, en sintonía con el discurso de Francisco el Barbiana cuando destacó de él que era un hombre animado por una profunda “pasión educativa”, que hizo de la escuela un espacio de auténtica humanización de la persona a través de la palabra, “un instrumento de libertad y fraternidad”, con la base de “una fe consciente” y de la “plena ciudadanía en la sociedad”; un testigo de la primacía de “una conciencia libre, capaz de enfrentarse a la realidad y de orientarse en ella guiada por el amor, para vivir con responsabilidad” convencido de que “todo proviene de su ser un sacerdote” y de “una fe totalizadora”.
En el cementerio de Barbiana ante la tumba de Don Milani
Más que una visita turística
La diócesis se muestra agradecida a los discípulos que se ha encargado del cuidado de los lugares, como la “Fundación Don Lorenzo Milani”. “La Fundación se encarga de mantener a Barbiana en su simple pobreza, tal como la dejó el párroco a su muerte, y de proponerla a todos como lugar de testimonio, reflexión y confrontación con la memoria de Don Milani, evitando cualquier deriva turística o celebrativa”, horizonte compartido también por la diócesis, por ello se firmará un acuerdo entre ambas instituciones.
“La responsabilidad directa que la archidiócesis asume hacia la memoria de Lorenzo Milani representa un paso más hacia el reconocimiento de las plenas raíces eclesiales de este sacerdote florentino –incluso entre tensiones e incomprensiones que no queremos borrar–, una pertenencia que él reivindicó repetidamente, reafirmada repetidamente por los arzobispos florentinos en las últimas décadas, sancionada por las palabras del papa Francisco”, concluye el comunicado.
