El papa Francisco receta “la vacuna para el corazón, que es el cuidado”, en el día de santa María en la primera misa del año

El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, ha presidido la eucaristía del 1 de enero en el altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana en sustitución del papa Francisco, aquejado de ciática. La liturgia celebra este día la solemnidad de Santa María, madre de Dios, y, además, la Iglesia celebra la edición número 54 de la Jornada Mundial de la Paz. Parolin ha podido leer las palabras preparadas por el pontífice para la homilía de esta misa.



Una bendición que regenera

“Bendecir, nacer y encontrar” son los tres verbos de la liturgia destacados por el Papa. “Es importante que también hoy los sacerdotes bendigan al Pueblo de Dios, sin cansarse; y que además todos los fieles sean portadores de bendición, que bendigan. El Señor sabe que necesitamos ser bendecidos”, señaló Parolin leyendo el texto de Francisco. “Cada vez que abrimos el corazón a Jesús, la bendición de Dios entra en nuestra vida”, prosiguió.

“Acogiendo a María somos bendecidos, pero también aprendemos a bendecir. La Virgen, de hecho, enseña que la bendición se recibe para darla”, apuntó. “También nosotros estamos llamados a bendecir, a decir bien en nombre de Dios. El mundo está gravemente contaminado por el decir mal y por el pensar mal de los demás, de la sociedad, de sí mismos. Pero la maldición corrompe, hace que todo degenere, mientras que la bendición regenera, da fuerza para comenzar de nuevo”, reclamó.

Nacer para cuidar a los demás

Comentando el verbo “nacer”, Francisco recordó que “el corazón del Señor comenzó a latir en María, el Dios de la vida tomó el oxígeno de ella”. “Ella no es sólo el puente entre Dios y nosotros, es más todavía: es el camino que Dios ha recorrido para llegar a nosotros y es la senda que debemos recorrer nosotros para llegar a Él”, añadió. Por ello, “a través de María encontramos a Dios como Él quiere: en la ternura, en la intimidad, en la carne”.

“Sí, porque Jesús no es una idea abstracta, es concreto, encarnado, nació de mujer y creció pacientemente. Las mujeres conocen esta concreción paciente, nosotros los hombres somos frecuentemente más abstractos y queremos las cosas inmediatamente; las mujeres son concretas y saben tejer con paciencia los hilos de la vida. Cuántas mujeres, cuántas madres de este modo hacen nacer y renacer la vida, dando un porvenir al mundo”, destacó. “No estamos en el mundo para morir, sino para generar vida. La Santa Madre de Dios nos enseña que el primer paso para dar vida a lo que nos rodea es amarlo en nuestro interior”.

“Este año, mientras esperamos una recuperación y nuevos tratamientos, no dejemos de lado el cuidado. Porque, además de la vacuna para el cuerpo se necesita la vacuna para el corazón, que es el cuidado. Será un buen año si cuidamos a los otros, como hace la Virgen con nosotros”, exhortó.

Encontrar tiempo para Dios

En la “familia sencilla” del pesebre, destacó el Papa comentando la adoración de los pastores, “encontraron verdaderamente a Dios, que es grandeza en lo pequeño, fortaleza en la ternura”. “Tampoco nosotros habríamos encontrado a Dios si no hubiésemos sido llamados por gracia. No podíamos imaginar un Dios semejante, que nace de una mujer y revoluciona la historia con la ternura, pero por gracia lo hemos encontrado. Y hemos descubierto que su perdón nos hace renacer, su consuelo enciende la esperanza, su presencia da una alegría incontenible”, prosiguió. “Lo hemos encontrado, pero no debemos perderlo de vista. El Señor, de hecho, no se encuentra una vez para siempre: hemos de encontrarlo cada día”, advirtió Francisco insistiendo que “acoger la gracia es necesario mantenerse activos”.

Para el Papa “el tiempo es una riqueza que todos tenemos, pero de la que somos celosos, porque queremos usarla sólo para nosotros”; por eso invitó a “pedir la gracia de encontrar tiempo para Dios y para el prójimo: para el que está solo, para el que sufre, para el que necesita ser escuchado y cuidado”. “Si encontramos tiempo para regalar, nos sorprenderemos y seremos felices”, sentenció.

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