Los obispos de Antioquia y Chocó en su mensaje de Navidad piden “acabar con toda forma de violencia, corrupción y crimen”

A través de un mensaje pastoral de Navidad, los once obispos de las jurisdicciones colombianas de Antioquia y Chocó invitan a “preparar el camino del Señor” y a “enderezar sus sendas” ante las múltiples dificultades que afronta la región por la pandemia, la violencia, el narcotráfico y la minería ilegal.



El dolor de los pastores

“Constatamos que crece la destrucción ambiental causada por la minería irresponsable, se multiplica la presencia de actores armados y se incrementa la nefasta cadena del narcotráfico”, manifiestan los pastores, al tiempo que expresan su dolor por las vidas que se pierden por la violencia y lamentan “que la extorsión y otras formas de criminalidad se sigan convirtiendo en graves amenazas para la vida y el desarrollo de las comunidades”.

Asimismo, la Iglesia expresa su cercanía con las víctimas de los incendios y las inundaciones que han afectado a la población en la última parte del año. Dado que en muchos lugares continúa la emergencia, los obispos exhortan “al pueblo colombiano a la solidaridad y a las instituciones estatales a seguir desplegando las acciones previstas para este tipo de situaciones”.

No dejarse robar la esperanza

Aunque los prelados reconocen la fortaleza y las expresiones de solidaridad de las comunidades antioqueñas y chocoanas, para sobreponerse a la crisis y a las múltiples dificultades ligadas a la pandemia, subrayan la necesidad de “no dejarse robar la esperanza”, como dijo el papa Francisco durante su visita al país en 2017, y a aferrarse a los valores y a la búsqueda del bien común.

En este sentido, animan a hacer de las celebraciones navideñas una oportunidad para asumir el llamado del Papa en ‘Fratelli tutti’ a construir un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social, y para ello proponen cuatro caminos:

  • Reflexionar en el sentido de nuestra vida y en el rumbo que le queremos dar; para hacer compromisos de cambio para el bien propio y de los demás”.
  • Fortalecer la vida de familia, porque en ella experimentamos la fuerza del amor, de la unidad, del perdón, de la ayuda mutua, de la comprensión, del diálogo, del cuidado de unos hacia otros”.
  • Favorecer el encuentro y la fraternidad, en lugar de los excesos y el despilfarro. “Pensemos en los hermanos que carecen de lo necesario para vivir, y acudamos a ellos con obras concretas de solidaridad”.
  • Asegurar la construcción de la paz en la justicia social“, pues “este tiempo nos pide hacer una opción valiente y decidida para acabar con toda forma de violencia, de corrupción, de deshonestidad y de crimen”.
Noticias relacionadas
Compartir