Luigi Bettazzi, el penúltimo superviviente del Vaticano II: “Fue un hervidero de novedades, muchas aún por conocer”

Mientras hay quienes son escépticos o abiertamente críticos acusándole de todos los males de la Iglesia; quienes lo vivieron desde dentro no dejan de subrayar que fue una revolución, aunque muchos de sus frutos aún no se han recogido. Es la opinión de uno de sus testigos ahora que este 8 de diciembre se cumplen 55 años de su clausura, el obispo Luigi Bettazzi, de 97 años, para quien el Vaticano II “fue un hervidero de novedades, muchas aún sin conocer”.



En una entrevista a la revista italiana ‘Famiglia cristiana’, el que entonces era recién consagrado obispo auxiliar de Bolonia, destaca que su documento favorito es “tal vez, la constitución ‘Dei Verbum’, que ha puesto la Palabra de Dios de nuevo en las manos y los corazones de todos los bautizados”. El que mayor aplicación ha tenido es el “probablemente ‘Sacrosanctum Concilium’, que propone la liturgia como la oración de todo el pueblo de Dios”. Aunque no todo es positivo en este campo. Para Bettazzi, “aunque más allá del uso de las lenguas vernáculas, no se ha hecho mucho para superar el clericalismo, el predominio del clero (y no sólo en la liturgia); y hoy en día se está impulsando un retorno a lo antiguo con el pretexto de que es más místico”.

Camino por recorrer

‘Gaudium et spes’, para el obispo emérito, ha sido un documento que ha cambiado la perspectiva de la Iglesia. Esta, subraya en la entrevista, “está abierta a la lectura de los signos de los tiempos, es compañera del hombre en el camino. Desearía que pudiéramos actualizar su letra y su espíritu hasta el final”, anhela. Y es que, para Bettazzi todavía queda mucho por hacer.

“La revolución copernicana contenida en la ‘Gaudium et spes’ –no es la humanidad para la Iglesia, sino la Iglesia para la humanidad– y en la ‘Lumen gentium’ –no son los fieles para la jerarquía, sino la jerarquía para los fieles— lucha por imponerse”. Por lo tanto, no aventura un posible Concilio Vaticano III. “No. En todo caso, creo que el Vaticano II debe ser implementado en su totalidad. No quisiera que un Vaticano III que fuera programado para cerrar las aperturas hechas hasta ahora”, dice tajante.

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