El Sabadell y la Francisco de Vitoria impulsan el primer curso de asesoramiento financiero en el ámbito religioso

Banco Sabadell y Francisco de Vitoria

En la búsqueda de alternativas para que las entidades religiosas puedan sostener una posición económica estable, incluso en estos tiempos convulsos de coronavirus, es esencial que algunos de sus miembros tengan conocimientos básicos sobre gestión financiera. Un objetivo que han querido concretar la Dirección de Instituciones Religiosas y la Dirección de Formación del Banco Sabadell y la Escuela de Postgrado y Formación Permanente de la Universidad Francisco de Vitoria, ofreciendo el primer curso de asesoramiento financiero en el ámbito religioso.



Como explica a Vida Nueva Félix Suárez, director de la Escuela de Postgrado y Formación Permanente de la Universidad Francisco de Vitoria, la iniciativa surgió “cuando el Banco de Sabadell detectó la necesidad de formación de su área de gestión de clientes vinculados con instituciones religiosas y tercer sector en general”. Así, en un principio, el curso estaba destinado a sus propios trabajadores, para que se familiarizaran con un “sector muy particular, que tiene unas especificidades propias y que necesitan ser conocidas por los gestores de banco”.

Adaptado a un perfil concreto

Sin embargo, una vez que la idea había fraguado, pensaron que sería positivo abrir el curso también a los miembros de las propias entidades religiosas que tienen como clientes, por si a ellos mismos les era de utilidad.

Fue entonces cuando, “desde la Universidad Francisco de Vitoria, diseñamos un curso pionero en el entorno educativo español y totalmente adaptado a un perfil muy completo de alumnos que tienen que poder ser interlocutores de la forma más precisa posible en el entorno de una institución que se dedica a la enseñanza o gestión en el entorno religioso, en sus distintas confesiones, si bien este curso está muy dirigido al entorno católico, lógicamente, al ser la confesión mayoritaria en España”.

Complejidad del entorno

Para Suárez, es imprescindible que las entidades religiosas y las que las asesoran en su gestión aúnen conocimientos mínimos en finanzas y sobre su propio ámbito específico: “Primero, porque la complejidad del entorno de una institución religiosa es peculiar en relación a un entorno puramente mercantil. Se rige por convenios diferentes y por una fiscalidad muy particular y exclusiva. Por otro lado, porque es relativamente poco conocido; no hay profesionales que conozcan cómo funciona la Iglesia o los órganos de gobierno que rigen la institución religiosa; por no hablar de términos que son muy importantes, como el carisma, porque es algo muy particular que no se aplica a cualquier otra sociedad mercantil que no se relaciona con la fe”.

En cuanto al curso en sí, “consta de más de 200 horas de formación y es totalmente online. Se compone de varios módulos: Instituciones de la Iglesia y organización; Gestión patrimonial de los bienes de la Iglesia; Fiscalidad, sostenibilidad y responsabilidad social dentro de la Doctrina Social de la Iglesia; Desarrollo y análisis de proyecto con entidades que pueden ser beneficiarias de subvenciones del sector público y privado. Ahora mismo hay matriculados unos 400 alumnos; el 50% son trabajadores del Sabadell y la otra mitad son personas que trabajan con instituciones religiosas, desde medios de comunicación a congregaciones de cualquier credo”.

Satisfacción en CONFER

Jesús Miguel Zamora, secretario general de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), recibe con entusiasmo “una iniciativa que se ha ido preparando desde hace un año” y considera que puede ser de “una enorme utilidad” para las muchas congregaciones e institutos que pertenecen a la CONFER. En este sentido, aunque el curso, que es gratuito, se ofrece a las comunidades que sean clientes del Banco Sabadell, asegura que, “en caso de que alguna no lo fuera y estuviera interesada en participar, nosotros trataríamos de mediar y, seguramente, no hubiera problema en que se abriera a ellas también”.

El mismo religioso de La Salle, quien está matriculado y ya está por el segundo tema, destaca las muchas facilidades a la hora de realizarlo: “Al ser virtual y estar colgados todos los contenidos, uno puede organizarse para hacerlo a su propio ritmo. Así, hasta los más neófitos pueden aprender mucho con un curso que realmente puede ser importante en nuestro ámbito”.

Una oportunidad única

Agustín de Asís Orta, secretario general de la Familia Humanitate, asociación que engloba a las fundaciones Summa Humanitate, Educatio Imprimis y DeClausura, que colabora con más de 90 entidades de Iglesia en España (diócesis, parroquias, congregaciones e iniciativas misioneras centradas en el ámbito socio-sanitario y educativo) y apoya a más de 110 monasterios y conventos de clausura, valora muy positivamente un curso que él mismo está haciendo: “Es utilísimo, especialmente para los laicos que en un número cada vez mayor trabajan en instituciones religiosas desempeñando labores de administración. Están ante una oportunidad única para conocer mucho mejor la Iglesia en general y sus peculiaridades fiscales, económicas y jurídicas”.

Finalmente, llama la atención sobre “la situación especialmente grave que están viviendo nuestros conventos y monasterios de clausura, quizás los más afectados por la pandemia. Directamente, han tenido que echar el cierre al torno y lo están notando muchísimo en su día a día”.

Adaptarse a un tiempo de incertidumbre

Santiago Portas, director de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell, valora el hito de que, gracias a este curso que impulsan junto a la Universidad Francisco de Vitoria, “nuestros gestores son los primeros en el ámbito bancario español que se están certificando como asesores financieros para instituciones religiosas y entidades del tercer sector”.

En cuanto al actual contexto, marcado por el Covid-19 y el desgaste económico que sufren por este las parroquias y el conjunto de las entidades religiosas, llama a “la corresponsabilidad en el sostenimiento, que interpela a la comunidad; debemos tomar conciencia de ello y participar no solo de la eucaristía o en las distintas actividades que realizamos en nuestras iglesias, sino también en su mantenimiento, cada uno con lo que pueda. Se ha dejado esta carga en manos del párroco, cuando la parroquia somos todos”. En este sentido, el gran problema es que “todavía cuesta mucho hablar de dinero y, sobre todo, pedirlo, por lo que hay que cambiar esta cultura”.

Apuesta por la tecnología

Una alternativa está “en la apuesta por la tecnología, que nos permite ayudar y a un coste casi ínfimo”. Una posibilidad serían los cepillos electrónicos, que “han venido para quedarse y se han implantado por toda la geografía de una forma exponencial en los últimos tiempos. Eran una demanda de las diócesis y han tenido una excelente acogida por parte de la feligresía. Hoy día, el importe medio del donativo se sitúa en cerca de los 10 euros… Además, es necesario porque todos los indicadores nos dicen que el dinero en efectivo es una especie en extinción”.

Además, “desde el Banco Sabadell ofrecemos la mayor variedad de dispositivos: atriles, lampadarios adaptados, Donation Wall para grandes superficies y las cada vez más demandadas huchas electrónicas para cuestación y colectas. Otro servicio que ha ayudado en esta pandemia ha sido Bizum, un sistema para recibir donativos desde cualquier lugar y sin costes. Sin olvidar que tenemos cuentas específicas y gratuitas para nuestros clientes (parroquias, colegios, hermandades, asociaciones y entidades del tercer sector), ayudándoles así en el ahorro, porque, en períodos como este, no solo hay que mirar por los ingresos”.

Asesoramiento sobre su patrimonio

Un último servicio es el asesoramiento sobre su patrimonio: “Ofrecemos vehículos financieros que incorporan en su gestión la Doctrina Social de la Iglesia y, ahora, ponemos un especial foco en la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente”.

“Hoy –concluye Portas– nos sentimos orgullosos de ser el banco mejor valorado en el servicio a los clientes de este segmento. Esto nos anima a seguir innovando para ofrecer productos de valor al colectivo y seguir impulsando nuestra especialización, estando cerca de ellos y sus necesidades”.

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