Asenjo ya es hijo adoptivo de Sevilla: “El mejor servicio que he prestado es el de anunciar a Jesucristo”

Juan José Asenjo recibe el título de hijo adoptivo de Sevilla

“El mejor servicio que he prestado a Sevilla es el específico que corresponde a un pastor de la Iglesia. He tratado de mostrar, anunciar a Jesucristo, de llevarlo y entregarlo a todos, eso es lo decisivo y sustantivo”. Así se ha expresado el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, tras recibir el título de hijo adoptivo de Sevilla a manos del alcalde Juan Espadas (PSOE) en una ceremonia celebrada hoy en el auditorio del Palacio de Congresos y Exposiciones de la capital hispalense.



El prelado ha agradecido al alcalde y a la corporación municipal “esta distinción que tanto me honra”. “En realidad –ha subrayado– no he hecho otra cosa que cumplir con mi deber”. Ha recordado lo publicado estos días en torno a su distinción como hijo adoptivo, sobre todo su contribución en el campo de lo social, “y lo he hecho con mucho gusto, porque los pobres son los predilectos del Señor y tienen que ser también los predilectos de un pastor de la Iglesia”.

Al lado de los desfavorecidos

Antes de finalizar su discurso ha recordado que quiere seguir anunciando a Jesucristo “en los meses que siga siendo arzobispo de Sevilla y después en mi jubilación. Como ya se sabe, me voy a quedar a vivir en Sevilla, colaboraré con mi sucesor en lo que me pida. Viviré en silencio y discretamente, y prestaré a Sevilla un servicio importante, que es el de la plegaria. A veces valoramos el activismo y no valoramos tanto el servicio que podemos prestar encomendando al Señor a todas las personas que el Señor me ha encomendado, y a las que he servido durante estos años”.

En la presentación del galardón, el periodista Cristóbal Cervantes, presentador del acto, ha destacado su trayectoria religiosa y, aludiendo a unas recientes declaraciones del arzobispo, ha destacado que “vino a Sevilla a gastarse, a desgastarse por todos, a ser fermento y levadura en esta tierra”. Recordó que desde su episcopado ha desarrollado una importante labor para la mejora de la Archidiócesis, sobre todo en lo concerniente a los más desfavorecidos, y que “ha reforzado la recuperación y protección del patrimonio histórico artístico de la Archidiócesis”. “Para conocer su personalidad, es oportuno recoger sus propias palabras: amo a Cristo, amo a la Iglesia, más allá de sus manchas y arrugas, que son los pecados de sus miembros”, concluyó el presentador.

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