El Papa, de momento, no tiene previsto visitar España, aunque es un viaje que le “encantaría” hacer. Lo ha contado hoy después de reunirse con Francisco el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). El también arzobispo de Barcelona mantuvo una audiencia de una hora y cuarto de duración con Francisco en el Palacio Apostólico del Vaticano junto al cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente del episcopado, y de Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y secretario general de la CEE.
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Omella y Osoro fueron elegidos el pasado mes de marzo, pero no habían podido reunirse con el Papa hasta ahora debido a la pandemia. El pasado jueves mantuvieron otro encuentro de carácter más personal con el Pontífice en la Casa Santa Marta, la residencia vaticana donde vive.
“El Papa siempre está muy interesado por España y la conoce perfectamente. Sigue muy de cerca el dolor de la gente afectada por el Covid-19, tanto en la salud como en el trabajo y en la escuela”, explicó Omella, asegurando que el Pontífice está muy informado sobre la actualidad de nuestro país porque recibe semanalmente algunas revistas. Argüello aclaró después que se trata de Vida Nueva y de Ecclesia. Otras de las cuestiones que interesan en especial a Francisco son la acogida a los inmigrantes y la solidaridad tanto con ese colectivo como con “los enfermos y los trabajadores”.
Acompañamiento en el dolor
En la conversación se trató la nueva ley sobre la eutanasia que está tramitándose en España. Esta cuestión “preocupa” al Papa, advirtió el presidente de la CEE, incluyendo el tema en un discurso más amplio sobre la vida. “No es solo el refugiado, va desde el niño que está en el seno de su madre hasta que muere. Es algo que preocupa a mucha gente. No solo si morir o no morir dignamente, sino el tema del acompañamiento en el dolor. Cuando a uno le quitan el dolor y siente la compañía de sus familiares y de profesionales, desea vivir”.
Al ser preguntado por la posibilidad de que el Papa viaje a España el año que viene con motivo del Año Santo Compostelano y del Año Ignaciano, el cardenal de Barcelona dijo que a Francisco le “encantaría volver a España”, citando en particular Manresa, una localidad que tiene un particular valor para un jesuita como Bergoglio. “Dijo que habrá que ver cómo evoluciona la pandemia y su misma salud. Él discierne mucho. En eso hemos quedado, ojalá pueda venir”.
Valle de los Caídos
También habló el Papa con Omella, Osoro y Argüello sobre los planes del Gobierno de Pedro Sánchez de convertir el Valle de los Caídos en un cementerio civil. “Puede ser un lugar donde volvamos a recuperar la fraternidad, la reconciliación y la paz y busquemos por todos los medios que sea un lugar para que volvamos a lo fundamental”, comentó el arzobispo de Madrid, que destacó además el “impresionante trabajo” que está realizando la Iglesia en esta comunidad para tratar de paliar los efectos de la pandemia.
También el cardenal de Barcelona abogó por el “diálogo” como la mejor receta para la actual conjunción de crisis. En este sentido, destacó que frente a las “heridas muy fuertes” provocadas por el Covid-19 es necesario “unir todas las fuerzas que tenemos en España para avanzar” por el camino de la unidad. “Partidos políticos, representantes del Gobierno, asociaciones, instituciones civiles, sindicatos y la misma iglesia tenemos que trabajar conjuntamente para afrontar todos los problemas”, insistió Omella, poniendo en primer lugar en la lista de desafíos al desempleo provocado por la pandemia.
Concordia para Cataluña
Tras una pregunta acerca de si habían tratado con Francisco la situación de Cataluña, el arzobispo de Barcelona aseguró que el Papa “quiere la paz, la concordia, la unión de todas las regiones y todos los países. Habla de la Unión Europea y de todos los países, seguro que por ahí tenemos ir siempre, en el respeto de las leyes y de las personas. Por ahí iba el diálogo”. A Bergoglio, destacó Omella, “le duele lo que pasa en cualquier rincón del mundo”, citando en particular a Líbano y a España.
La audiencia con la cúpula de la CEE transcurrió en un clima de gran cordialidad e incluso hubo espacio para las bromas, pues Bergoglio les dijo a sus interlocutores que podían revelar los secretos pontificios, pues se trataban de los aspectos que todo el mundo conocía, excepto el Papa. En el encuentro les regaló dos paquetes de estampas con un importante significado para Francisco. En una se ve a un refugiado con su hijo en brazos y en la otra, a una anciana que muestra a su nieto durante la visita del Pontífice a Rumanía. Simboliza la esperanza de los ancianos con los más pequeños y el lazo entre generaciones.
