El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal austriaca, un ‘casco azul’ abierto al colectivo LGTBI

Cuando en enero el cardenal Schönborn cumplió los 75 años anunció su intención de no renovar en su cargo al frente de la Conferencia Episcopal Austriaca –de la que llevaba 22 años como presidente– aunque el papa Francisco ha prolongado su pontificado al frente de la diócesis de Viena. El elegido para sucederle al frente del episcopado ha sido el arzobispo de Salzburgo, Franz Lackner.



La elección de Lackner, de 63 años, no es una sorpresa ya que ha estado al frente de las quinielas en otras ocasiones. Este franciscano –que antes fue electricista y formó parte de una misión de los Cascos Azules de la ONU en Chipre– es obispo desde 2002 cuando fue elegido auxiliar de la diócesis de Graz-Seckau. En 2013 fue elegido arzobispo de Salzburgo –y, por lo tanto, primado de Germania y con derecho a vestir de rojo cardenalicio–, y en 2014 asumió el cargo. Hasta ahora, en la Conferencia Episcopal, era responsable de los departamentos de educación superior, así como de matrimonio, familia y protección de la vida y ha sido su vicepresidente desde 2015.

Cuestiones polémicas

El nuevo presidente se ha mostrado en varias ocasiones propicio a la bendición de las parejas homsexuales. De hecho, la archidiócesis de Salzburgo acaba de publicar un libro sobre la posibilidad de bendecir a las parejas del mismo sexo. El texto lleva por título ‘La bendición de las parejas del mismo sexo’, y ha surgido de una comisión presidida por el arzobispo Franz Lackner que fue quien encargó la elaboración del libro.

El nuevo presidente también se ha desmarcado en otras cuestiones clásicas, como la recomendación a los homosexuales de vivan el celibato como único camino. En una entrevista al poco de llegar a la sede de Salzburgo señalaba que el celibato no es el tipo ideal de sexualidad. Para el prelado, “el Papa Francisco ya ha dicho mucho sobre estos temas. Tengo amigos que son homosexuales. No discriminamos a nadie. Hay que admitir que la tradición religiosa dice que el tipo ideal de sexualidad vivida no es la homosexualidad; pero el tipo ideal tampoco es la vida célibe”, explica.

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