El Papa denuncia que la pandemia del coronavirus impide a los indigentes vender sus diarios por las calles

El confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus, que supera ya los 3 millones de contagiados y los 207.000 fallecidos en todo el mundo, ha provocado que dejen de distribuirse los diarios que, en diversas ciudades, venden los indigentes u otros colectivos en riesgo de exclusión social. Son más de 100 los periódicos de este tipo que se publican en 35 países y 25 idiomas diferentes, ofreciendo ingresos a más de 20.500 personas sin hogar.



El papa Francisco se acordó de estas víctimas colaterales de la pandemia enviándoles un mensaje que el Vaticano hizo público este lunes. Tras lamentar cómo la vida de millones de personas en todo el mundo “ha cambiado” y está siendo sometida a “una dura prueba” debido al coronavirus, el Pontífice destacó que son los “más frágiles, los invisibles”, los que están pagando “la cuenta más pesada”.

En su mensaje de saludo, Jorge Mario Bergoglio recordó en particular el proyecto de la publicación ‘Scarp de tenis’, promovido en Italia por Cáritas y que permite que más de 130 personas en dificultad tengan unos ingresos mínimos “y con ellos el acceso a los derechos de ciudadanía fundamentales”.

Ideas innovadoras

Debido a las restricciones aprobadas por las autoridades de diversos países para tratar de frenar los contagios de coronavirus, “desde hace muchas semanas los diarios de la calle no se venden y sus vendedores no pueden trabajar”, lamentó el Papa, expresando a continuación su “cercanía” con los periodistas, voluntarios y otras personas que viven gracias a estos proyectos “y que en estos tiempos se están prodigando con muchas ideas innovadoras”.

La pandemia “ha dificultado vuestro trabajo, pero estoy seguro de que la gran red de los diarios de la calle volverá más fuerte que antes”. Mirar a los pobres en estos días, comentó finalmente el Pontífice, “puede ayudarnos a todos a tomar conciencia de lo que nos está realmente sucediendo y de nuestra verdadera condición”. El Papa se despidió mostrando su “amistad fraterna” y agradeciendo a los trabajadores de este sector “la información que dais y las historias de esperanza que contáis”.

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