Los obispos de Colombia invitan a vivir la Semana Santa desde los lugares y sitios donde cada uno se encuentre

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Con un triple llamado a la confianza en Dios, la responsabilidad y la fraternidad, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) ha enviado dado a conocer un mensaje –el tercero desde el inicio de la crisis sanitaria– de cara a los impactos que viene causando la pandemia del coronavirus (Covid-19) en el país.



“Invitamos a los colombianos a la confianza en Dios, que ilumina nuestra existencia y que, en momentos difíciles como los que afrontamos, nos llama a crecer en el amor y en el servicio a los demás“, se lee en el comunicado suscrito por el presidente de la CEC, Óscar Urbina Ortega, el vicepresidente, Ricardo Tobón Restrepo, y el secretario general, Elkin Álvarez Botero.

Compromiso y responsabilidad moral

Aunque desde el 25 de marzo comenzó a regir la cuarentena de aislamiento preventivo obligatorio en todo el territorio nacional, no han sido pocos los casos de aglomeraciones que han registrado los medios. La Iglesia, por su parte, ha exhortado a todos los colombianos “a recibir y a acatar con buena voluntad y con verdadero compromiso las determinaciones tomadas en este momento por las autoridades civiles”, subrayando que “esto implica una responsabilidad moral, que debemos asumir con prontitud y seriedad para proteger la propia vida y la vida de los demás”.

En este sentido, los obispos alientan a la unidad nacional y al respaldo de los ciudadanos frente al liderazgo de los servidores públicos, advirtiendo que “no hay cabida en este momento para polarizaciones y divisiones por cuenta de intereses ideológicos o particulares”.

De igual forma, la CEC agradece y reconoce “el servicio generoso y valiente de los médicos y de todo el personal vinculado a las entidades sanitarias“, lo mismo que el de todas las personas que sostienen los servicios sociales de cara a la contingencia, incluyendo a los comunicadores sociales y periodistas.

Las celebraciones litúrgicas no se suspenden

Por otra parte, si bien es cierto que los templos no se abrirán durante la actual coyuntura –como ya han señalado la mayor parte de las jurisdicciones eclesiásticas–, los obispos afirman que “las celebraciones pascuales no se suspenden; los obispos y sacerdotes presidiremos las ceremonias litúrgicas aún sin participación física de los feligreses, quienes se podrán unir a ellas espiritualmente de diversos modos, por la oración y el ofrecimiento de sus obras, por las celebraciones de la palabra en familia y por el seguimiento de las transmisiones a través de los medios de comunicación”.

El llamado, entonces, es a “vivir la Semana Santa desde los lugares y sitios donde cada uno se encuentre“, reconociendo que las actuales circunstancias son “una ocasión propicia para reencontrarnos con el don incomparable de la familia, como espacio fundamental de nuestra vida y de la sociedad, en el que crecemos en el amor y la unidad, nos acompañamos unos a otros, cultivamos valores esenciales y nos ayudamos mutuamente a vivir la fe en Dios”.

Los católicos están invitados ha intensificar la oración en este tiempo, “siguiendo con fe el itinerario que nos lleva a la Pascua“. Además, la práctica de la penitencia y de la caridad permitirán “vivir este momento con fortaleza espiritual, de modo que, juntos, podamos experimentar la alegría y la vida nueva que nos da Cristo resucitado”.

A los sacerdotes, los obispos los alientan a continuar acompañando a sus comunidades con profundo celo apostólico, no obstante que respetando las disposiciones de la Iglesia y de las autoridades civiles.

“No nos dejemos llevar por la indiferencia”

Con relación a los más necesitados, la Iglesia pide que “no nos dejemos llevar por la indiferencia”. Expresamente hacen un “llamado urgente a la solidaridad con los enfermos, los que están solos y olvidados, los más pobres y vulnerables“. 

Al reconocer los esfuerzos que están haciendo algunas organizaciones eclesiales, civiles y empresariales, la CEC anima a todos a sumar esfuerzos solidarios para apoyar a quienes tienen mayores carencias, “inclusive desde las limitaciones que experimentamos”. De igual forma, “es necesario aprender las lecciones de esta emergencia, entre ellas la fraternidad como camino indispensable para superar las adversidades“.

De igual forma, los obispos increpan a los actores armados ilegales a que, con sentido humanitario, “cesen todos los atentados, las acciones violentas y las extorsiones en esta hora de prueba y de grandes sufrimientos para el pueblo colombiano”.

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