Genoa (Italy), 12/03/2020.- A person wearing a face mask and carrying bags walks in downtown in Genoa, northern Italy, 12 March 2020, during a national lockdown over the novel coronavirus crisis. Tougher lockdown measures kicked-in in Italy on the day after Italian Premier Conte announced the day earlier that all non-essential shops should close as part of the effort to contain the coronavirus. All of Italy is on lockdown until 03 April due to the novel coronavirus crisis. (Italia, GÈnova) EFE/EPA/LUCA ZENNARO
En respuesta al “difícil momento que enfrentan las comunidades de todo el mundo” debido a la pandemia del Covid-19, el presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), el cardenal Angelo Bagnasco, y el presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), Jean-Claude Hollerich, se han unido para “dirigir a Dios una oración común a Dios por ayuda, consuelo y salvación”.
En la plegaria, los cardenales piden a Dios Creador que “mire a sus hijos, quienes en este difícil momento de confusión y consternación buscan fuerza, salvación y alivio”. Asimismo, animan a “todas las personas de buena voluntad” que rueguen a Dios que “sane a los enfermos, consuele a sus familias y brinde sabiduría a nuestros gobernantes”.
De esta manera, los obispos de Europa se unen al papa Francisco “para reiterar la cercanía de la Iglesia a todos los que luchan a causa de este brote”, desde las víctimas y sus familias hasta los trabajadores de la salud y voluntarios que están cerca de los afectados “para brindarles alivio”.
Del mismo modo, las secretarías de la CCEE y de la COMECE han asegurado que están tomando “medidas de precaución” para garantizar “la seguridad y la salud de su personal y socios”.
Dios Padre, Creador del mundo, todopoderoso y misericordioso,
que por nuestro amor enviaste a tu Hijo al mundo como médico de almas y cuerpos,
mira a tus hijos que en este difícil momento de desconcierto y consternación
en muchas regiones de Europa y del mundo recurren a Ti en busca de fortaleza, salvación y alivio,
libéranos de la enfermedad y el miedo, sana a nuestros enfermos, consuela a sus familias,
da sabiduría a nuestros gobernantes, energía y recompensa a los médicos, enfermeras y voluntarios,
y vida eterna a los fallecidos.
No nos abandones en el momento de la prueba y libéranos de todo mal.
Te lo pedimos a Ti, que con el Hijo y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Santa María, Madre de la Salud y de la Esperanza, ruega por nosotros!