Francisco, en el bautismo de 32 bebés en la Sixtina: “Es un hermoso sermón cuando un niño llora en la iglesia”

  • Como cada año, por la festividad del Bautismo del Señor, el Papa ha bautizado a varios niños
  • “Bautizar a un niño es un acto de justicia para él”, ha enfatizado Bergoglio

El papa Francisco bautiza en la Capilla Sixtina a 27 niños y niñas, hijos de empelados del Vaticano, en la Fiesta del Bautismo de Señor, el 13 de enero de 2019

Como cada año, con motivo de la festividad del Bautismo del Señor, el papa Francisco ha bautizado a un grupo de niños en una ceremonia que ha tenido lugar el la Capilla Sixtina. En esta ocasión, se ha tratado de 32 bebés: 17 niños y 15 niñas.



En su homilía, Bergoglio ha asegurado que “bautizar a un niño es un acto de justicia para él”, puesto que “en el bautismo le damos un tesoro, en el bautismo le damos una promesa: el Espíritu Santo. El niño sale con el poder del Espíritu adentro: el Espíritu que le defenderá, le ayudará a lo largo de su vida. Por eso es tan importante bautizarlos como niños, porque crecen con el poder del Espíritu Santo”.

Tarea de los padres

Tras este don recibido, es tarea de los padres “cuidar de que crezcan con luz, con el poder del Espíritu Santo, a través de la catequesis, la ayuda, la enseñanza, los ejemplos que darás en casa…”.

Como también es tradicional en esta misa tan especial, en la que los protagonistas son los más pequeños y en la que el protocolo pasa a un segundo plano, Francisco ha vuelto a recordar, con tono divertido, que las madres amamanten a los niños con toda la paz dentro del templo: “Los niños no están acostumbrados a venir a la Sixtina, ¡es la primera vez! No están acostumbrados a estar cerrados en un ambiente tan poco cálido. Y no están acostumbrados a vestirse así, para una fiesta tan hermosa como hoy. Se sentirán un poco incómodos en algún momento. Y uno comenzará [a llorar]… ¡El concierto aún no ha comenzado! Pero uno comenzará, luego el otro… No tengáis miedo, dejad que los niños lloren y lloren. Pero, si vuestro bebé llora y se queja, tal vez sea porque hace demasiado calor: quitadle algo; o porque tiene hambre: amamantarlo, aquí, sí, siempre en paz”.

Y es que, como ha concluido, “es un hermoso sermón cuando un niño llora en la iglesia, es un hermoso sermón. Haced que se sientan bien y sigamos adelante”.

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