La primera jornada del XV Congreso de Escuelas Católicas se cerró ayer con un mano a mano entre Carmen Guaita, licenciada en Filosofía, maestra y escritora y Pedro Huerta, superior Mayor de los Trinitarios del Espíritu Santo y presidente de la Fundación Educativa Santísima Trinidad.
“No estamos llamados a crear andamios sino cimientos”, sentenció el religioso que apuntó a continuación cómo “esos cimientos nos los proporciona el Evangelio” que detalla cómo y dónde ponerlos.
Huerta defendió la necesidad de apostar por una escuela trascendente. “Debemos aportar un sentido a todo lo que hacemos y decimos”, apuntó, de tal manera que se lleve al maestro y al alumno a “salir de los invernaderos” autorreferenciales para “educar a la intemperie”.
Profesionales de la dignidad
“Nuestras escuelas tienen que ser especialmente expertas en dar sentido”, señaló, convencido de algunas claves para construir colegios evangelizares: transparencia y permeabilidad, solidaridad, virtuosidad, flexibilidad, creatividad…
En esta misma línea, Carmen Guaita se centró en los rasgos que definen la escuela que humaniza. “Somos profesionales de la dignidad”, abanderó esta maestra, que invitó a los congresistas a alimentar la pasión dentro del aula, potenciando en el alumno “la comunicación cara a cara”.
