Una monja afirma en el Sínodo que ella bautiza en la Amazonía cuando no hay sacerdotes

“La presencia de la mujer en la selva de la Amazonía es muy grande y hay muy pocos sacerdotes que tienen que ir de un sitio a otro, sin embargo nosotras hacemos una presencia constante”, ha asegurado la religiosa Alba Teresa Cediel, hermana de las Misioneras de María Inmaculada y de santa Catalina de Siena, durante el encuentro con la prensa que ha tenido lugar hoy, 7 de octubre, tras la primera reunión del Sínodo por la Amazonía que se celebra, desde ayer, en el Vaticano.

“Acompañamos a los indígenas en los diferentes eventos, cuando el sacerdote no puede hacer presencia y se necesita que haya un bautismo, nosotras bautizamos, si alguien se quiere casar, nosotras hacemos presencia y somos testigos de ese amor, y muchas veces nos ha tocado escuchar en confesión”, ha explicado la religiosa, matizando que si bien no han “dado la absolución”, en el “fondo de nuestro corazón hemos dicho: ‘Con la humildad de que este hombre o mujer se acerque a nosotras, por situaciones de enfermedad o ya próximos a la muerte’, nosotras creemos que Dios Padre también actúa ahí”.

En este sentido, Cediel ha señalado que la participación de las mujeres en la Iglesia, como se dice en italiano, se dará “piano, piano, piano”, porque “poco a poco vamos caminando hacia que nos reconozca”. Del mismo modo, ha recalcado que “la presencia de la mujer es muy grande y fecunda” en esta región, además de necesaria, ya que “sacerdotes y obispos tienen que estar de un lado a otro” dado que se trata de un territorio “demasiado grande”. “¿Que la participación de la mujer tiene que ser mucho más grande en la vida eclesial? Yo creo que sí, pero poco a poco. Vamos a llegar allá, pero no podemos presionar ni pelear sino dialogar”, ha apostillado.

Atender a las necesidades de la región

Por su parte, Emmanuel Lafont, obispo de Cayena (Guayana Francesa), ha subrayado que “desde hace mucho tiempo, la sociedad, el Estado y la Iglesia no han escuchado lo suficiente a estos pueblos”. Por eso, este sínodo representa “una gran oportunidad” de ser una Iglesia “que escucha a esta cultura para que pueda recibir, a través de un diálogo fructífero, lo que el Evangelio subraya de su belleza”.

Asimismo, con respecto al ‘viri probati’ o la posibilidad de que hombres mayores y casados puedan ser ordenados para ejercer el ministerio del sacerdocio, Lafont ha opinado que “no se trata de cambiar la ley” sino, más bien, de “reconocer que, en ciertas circunstancias, aplicar el espíritu de la misma, es decir, el servicio al pueblo, pasa por innovaciones en el texto de la propia ley”.

Mayor proximidad con los pueblos

En cuanto a la realidad ecológica, Lafont ha afirmado que se trata de reconocer que “la creación es la obra de Dios a imagen de Dios” y, por este motivo, debemos tener “una mirada sacramental, es decir, ver en la Creación un signo de la presencia de Dios y, por lo tanto, no considerar la ecología sin su dimensión espiritual”, ya que esto sería “una distorsión”.

Ante los múltiples desafíos ecológicos y pastorales a los que se enfrenta la región, el obispo ha apuntado la necesidad de una “mayor proximidad” con estos pueblos para “aprender su idioma y asegurarnos de que la Iglesia les escuche”. “Las otras culturas también saben hablan de cultura, de vida fraterna”, ha dicho, “Cada cultura tiene su propia voz y sabiduría. Este es uno de los grandes argumentos del Sínodo”.

En la misma línea, David Martínez De Aguirre Guinea, obispo de Izirzada y vicario apostólico de Puerto Maldonado, ha apuntado que “solo escuchando podemos entender y aprender más sobre los pueblos de la Amazonía”. “El encuentro con los pueblos originarios”, celebrado en Puerto Maldonado el 19 de enero de 2018, “puso de manifiesto la voluntad de hacerse eco de las realidades de los pueblos amazónicos, que ellos mismos pidieron a la Iglesia que camine con ellos”.

“El Papa les ha dado una respuesta: ‘queremos que ustedes ayuden a la Iglesia a encontrar nuevos caminos’”, subrayó el prelado. “Por eso estamos aquí en el sínodo todos: obispos, misioneros, religiosos y pueblos indígenas, para participar en este proceso, en el corazón de la Iglesia para, desde aquí, proponernos al mundo entero”, añadió.

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