Ayanta Barilli: “Es imposible abordar el arte sin la espiritualidad”

La actriz y escritora Ayanta Barilli

Actriz, periodista, presentadora del espacio ‘A media luz’ en ‘esRadio’, y ahora flamante finalista del Premio Planeta, con ‘Un mar violeta oscuro’, donde bucea en la saga de las mujeres de su familia, reconstruye sus vidas, silencio y tabúes. Sigue siendo una mujer hecha de algodón y de hierro duro. Una pura sangre del arte.

PREGUNTA.- Habla en la novela de una maldición romántica en la que las mujeres eligen a hombres que no las saben amar. ¿Es por genética, conductas aprendidas…?

RESPUESTA.- Me ha gustado bucear en eso que se llaman los patrones familiares y, aunque la genética tiene un componente importante, es el que menos me interesa. En cambio, me apasiona cómo aprendemos de nuestros mayores y cómo, independientemente de que las situaciones sean diferentes, se repiten patrones y elegimos a hombres completamente equivocados.

P.- La novela incluye una importante parte documental de sus antepasadas. ¿En qué consiste?

R.- Son mujeres que escribieron mucho y escribieron sobre ellas: cartas, diarios… Mi madre era una escritora compulsiva, tenía diarios de miles de páginas desde los 10 años hasta poco antes de morirse, amén de un epistolario tremendo de una fuerza literaria muy grande entre mi padre y ella. Antes del teléfono, el vehículo de comunicación era la carta. También encontré una pequeña autobiografía novelada de mi abuela y un diario relacionado con mi bisabuela. Con todo ello reconstruí y novelé esta historia.

P.- Tener tanto escrito de su madre ¿ayuda a una orfandad temprana como la que tuvo?

R.- Es una bendición y una maldición. Sabía que existía el material, pero nunca me senté a leerlo. Por caligrafías incomprensibles, por pereza, por “ya lo haré”… Ha significado mucho dolor y mucho trabajo; lo temía. Pero cuando empecé no pude parar. Me quedé huérfana con 9 años y tener ese legado materno relatándose a sí misma me ha hecho conocer a la mujer a la que no tuve acceso. Ha sido revelador.

P.- Ignoro si es una mujer de fe, pero los que no están, ¿velan por nosotros?

R.- Desde luego. He estado haciendo un trabajo fantasmal estos años. He conversado con mis muertos, y una de las razones más importantes para escribir esta novela era porque quería estar con mi madre. La única forma era recrearla, abonar el terreno de la creación para conversar. En cuanto a tu pregunta, es imposible abordar cualquier disciplina artística sin tener un cierto tipo de espiritualidad, sea cristiana o budista.

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