Mauricio López: “La REPAM es una buena noticia para Venezuela”

  • Vida Nueva entrevista al secretario ejecutivo de la REPAM, tras su visita a Caracas
  • “Ha sido muy positiva la manera como ha sido recibida la idea de un sínodo de la Iglesia en la Panamazonía”, cuenta también López

Mauricio López, secretario ejecutivo de la REPAM

En el proceso de consolidación de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la visita a Venezuela del cardenal Cláudio Hummes y de Mauricio López, presidente y secretario ejecutivo de la Red, respectivamente, ha representado una oportunidad para fortalecer la articulación eclesial en torno al cuidado de la ‘casa común’ y a la defensa de las poblaciones indígenas.

En esta entrevista concedida a Vida Nueva, Mauricio López describe los alcances de los encuentros sostenidos entre el 6 y el 9 de julio, en Caracas, en un tiempo marcado por “paradojas de múltiples dimensiones”.

Venezuela y sus paradojas

PREGUNTA.- Después de encontrarse con los obispos venezolanos y con varios organismos eclesiales, ¿cuál es la mirada de la REPAM frente a la situación de Venezuela?

RESPUESTA.- La visita a Venezuela ha estado llena de paradojas de múltiples dimensiones. Nos hemos encontrado con un país profundamente fragmentado, con situaciones muy complejas de fragilidad, que incluye la dificultad de acceso a alimentos y medicinas, y, sin embargo, es un pueblo que sigue mirando con mucha esperanza su futuro. Yo creo que ese ha sido el común denominador de los diálogos que hemos tenido. Y quiero resaltar, especialmente, la manera como la Iglesia venezolana mantiene la firme convicción de acompañar a su pueblo. Si bien el corto plazo está lleno de incertidumbre, de dolor y complejidad, el mediano y largo plazo se sitúan en torno al anhelo de una mejor Venezuela, y en ese sentido el cuidado de la Amazonía, la opción preferencial por los más pobres y los pueblos indígenas, están muy fuertemente arraigados en la vocación de la Iglesia.

P.- ¿Cómo ha recibido la Iglesia venezolana la propuesta de la REPAM?

R.- Con relación a los planteamientos de la REPAM, ha sido impresionante la apertura y acogida al llamado de la encíclica Laudato Si’ a tener una perspectiva integral sobre la ecología. Considero que la Iglesia venezolana y el pueblo de Dios siguen buscando horizontes esperanzadores en medio de la realidad y, por lo tanto, el tema del cuidado de la ‘casa común’ y el trabajo por la ecología, representan también una luz para trabajar por algo que es urgente, en una perspectiva de largo plazo. Los obispos venezolanos y en particular los que conocen de cerca la realidad Panamazónica, han acogido con mucha ilusión el llamado de la REPAM. Evidentemente, la presencia del cardenal Hummes, también como amigo cercano del Papa, les ha significado sentirse apoyados y acompañados, sensibles a la perspectiva que Francisco propone, con la intensión de integrarse al proceso amplio de la REPAM.

También hemos tenido encuentros muy interesantes en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) con estudiantes, misioneros, religiosos y religiosas, en la expresión más amplia del Pueblo de Dios, y nos hemos encontrado con una gran preocupación por la fragilidad que también se registra en la Amazonía, en cuanto a los territorios, las reservas naturales y las comunidades indígenas, así como algunos proyectos como el del ‘Arco minero’, que es una concesión a gran escala en una zona especialmente vulnerable y sensible por la biodiversidad y los pueblos indígenas que allí habitan, y que, en realidad, está siendo entregada a iniciativas externas de explotación. Lo mismo se podría decir de la minería ilegal, con el uso del mercurio para extraer el oro y su terrible impacto en la salud de las comunidades. Ante esto, se están buscando alternativas para que las comunidades, la universidad y la sociedad civil, con la Iglesia, puedan responder a estas urgencias.

Vocación por la REPAM

P.- ¿Qué pasos se están dando con relación a la REPAM en Venezuela?

R.- Gracias a los esfuerzos de varios obispos, como monseñor José Ángel Divassón, salesiano, obispo emérito de Puerto Ayacucho, y monseñor José Luis Azuaje, primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana y presidente de Cáritas América Latina, así como la Comisión de Misiones a nivel nacional y otras expresiones organizadas de la Iglesia, entre las que se encuentra Cáritas, algunas congregaciones religiosas, laicos y laicas, es notable que en la Iglesia venezolana existe una vocación por la REPAM con una mirada interinstitucional, intercongregacional e interjurisdiccional, en cuanto a las jurisdicciones eclesiásticas.

Desde hace algunos meses la REPAM en Venezuela viene organizándose, integrándose y articulándose, en diálogo con los obispos del territorio amazónico, en sintonía con las propuestas que se desarrollan a nivel internacional, participando en los encuentros del comité ejecutivo que anima la red y en los distintos ejes temáticos, para responder a lo que a todas luces es una urgencia y un imperativo ético: el cuidado de la creación, con una opción particular por los pueblos originarios. Se está haciendo con esperanza, con una mirada de largo plazo –insisto– a pesar de las dificultades que se están viviendo.

P.- Ante la realidad venezolana, ¿cuál es el aporte de la REPAM?

R.- La misión de la REPAM es ayudar a que los venezolanos no claudiquen y tengan una mirada de futuro, considerando también que es necesario el cuidado de la reserva espiritual que representan los pueblos originarios que se encuentran en situación de vulnerabilidad, asediados por el extractivismo y por la propia realidad del país. Creo que la REPAM es una buena noticia para Venezuela, es una plataforma y un puente para generar propuestas y alternativas que ayuden a responder a estas realidades.

¿Un sínodo de la Iglesia en la Panamazonía?

P.- ¿Qué viene para la REPAM?

R.- Aunque apenas es una posibilidad –todavía en construcción–, ha sido muy positiva la manera como ha sido recibida la idea de realizar un sínodo de la Iglesia en la Panamazonía que emerge del diálogo del papa Francisco con los obispos de Perú en su visita ad limina. Esto ha dado mucha esperanza. Hoy sentimos el llamado a seguir respondiendo al espíritu del Vaticano II, especialmente ahora que nos acercamos a la celebración de los 50 años de la Conferencia de Medellín que ha inspirado a tantos obispos que han dado su vida por la Amazonía y sigue inspirando también el quehacer y el llamado de la REPAM.

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