Tribuna

Ya está… y es cambio

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“Y Gandalf dijo: – A mucha gente le gusta saber de antemano qué se va a servir en la mesa; pero los que han trabajado en la preparación del festín prefieren mantener el secreto; pues la sorpresa hace más sonora las palabras de elogios” (Tolkien, J. R. R. – El retorno del Rey, 2017, pág. 320)



Finalizada la aventura maravillosa de la Comunidad del Anillo, ya vencidos Sauron y sus secuaces, destruido el anillo de Poder, todos estaban en Minas Tirith gozando del regocijo del triunfo que tanto hombres, elfos, enanos, hobbits y águilas habían realizado… Ya casi al final de la comunidad, en donde cada uno volvería a su rutina anterior, es donde Aragorn habla de “esos días felices” que están por venir. Y ahí es donde Gandalf habla con Frodo sobre esa mesa, comensales y la sorpresa que allí se puede dar.

Considerando el Misterio de Navidad y los textos de la liturgia del día María, Madre de Dios queremos proponer esta reflexión.

Cambio…

  • a) de año

La celebración del 1 de Enero nos podría ubicar en esa mesa donde los días deseosos de felicidad están por venir. Seguramente ese día brindaremos con nuestros seres amados, enviaremos y recibiremos mensajes de augurios y deseos de días “felices”… Cambiar de año, renueva la perspectiva y ya no miramos solo el pasado reciente, sino que oteamos el “porvenir”… seguramente habrá dudas e inquietudes, pero también proyectos o sueños por realizar.

  • b) de perspectiva

La liturgia del primer día del año nos sigue ubicando en la festividad del Natalicio, en la octava de Navidad, donde la fe nos propone una experiencia para cambiar la perspectiva.

La vivencia de la Navidad nos sigue ubicando del lado de un Dios que “habla” y que al hacerlo bendice, busca brindar su protección, realizar su proyecto de salvación manifestando su rostro (Núm. 22, 6-7). Un rostro que la fe cristiana lo presenta humano, tan significativo como el niño recién nacido y envuelto en pañales (Lc. 2, 16).

El salmista nos invita al canto de alegría con la bendición de Dios que realiza la salvación en el pueblo (Sal. 67/66, 2-7) que lo exclama con “la tierra ha dado su fruto”. Es un fruto que, al decir de Isaías, se da en un pueblo estaba en tinieblas (Is. 9,) (Trusso, Alfredo & Levoratti, Armando, 2015).

  • c) de identidad y vínculos

Por este acontecimiento, desde la Navidad, ya no somos esclavos ni mirados por el pecado, sino que somos “hijos” que balbuceamos el nombre de Dios como “Abba” (Gal. 4, 4-7) y que Lucas lo presenta con entrañas de “Imma (Madre)” (Cf. Lc. 15, 20). La acción del Espíritu cambia nuestra mirada, nos hace prorrumpir esta identidad de Dios, la de las personas (hermanos) y de la naturaleza.

  • d) de tiempo

“Cuando llegó la plenitud de los tiempos” (Gal. 4, 4)… Pareciera que Pablo nos pone en otra dimensión de la vida cristiana, porque la presencia de Dios llega y sigue estando haciendo de nuestro tiempo (cronos: días, meses, años, siglos, milenios, etc.) un lugar de encuentro con su proyecto redentor (Kairos: tiempo oportuno e impregnado de Dios).

Y en esta dinámica, la vida de María y José, son propuestas como testigos de ese cambio de perspectiva: oyentes, meditativos, contemplativos, actuantes (Lc. 2, 16-19), son vidas que traslucen la presencia de Dios en lo cotidiano.

  • e) de nombre

La navidad nos permite contemplar un cambio radical en el vínculo con la divinidad… Nos presenta a un Dios que se deja llamar por un nombre humano “le pusieron el nombre de Jesús” (Lc. 2, 21), que sigue siendo un nombre dado, regalado, ayudándonos a vivir esa relación entre la grandeza del Misterio que se da, revela, otorga y la capacidad humana de ubicar todo en nuestras coordenadas espacio temporales.

Dios ya no es “impronunciable”… es el Dios que se deja nombrar, acurrucar, acostar en un pesebre, envolver en pañales…

Del otro lado

En la celebración de la Natividad, Misa de la Noche, el Padre Diego Barboza nos invitaba rumear la Palabra proclamada desde una canción de Eduardo Meana que se llama ‘Declaración de domicilio’. En ella el autor va manifestando las realidades humanas de la vida y cómo ella se va gestando, realizando, compartiendo, construyendo, en esos lugares que son cotidianos sin grandes luminosidades, esos espacios de la vida cotidiana sin filtros mediáticos… Y desde esta realidad tan humana, tan nuestra, tan cotidiana, es que nos invitaba a pensar esta canción entonada por el mismo Jesús porque por la Encarnación, Nacimiento, Vida pública, Pasión-Muerte y Resurrección, él se ubica del otro lado, se ubica del lado profundamente humano de la vida, pero no como postura “correctamente política” sino por convicción, amor, compasión y para hacer de ella un lugar de encuentro con Dios Padre-Madre en nuestra humanidad.

Desde la perspectiva de cristiandad, la religión muchas veces se ha colocado del lado de opciones poco evangélicas… Sin embargo, la encarnación y nacimiento de Jesús propone una fe que celebra al Dios que pone del lado:

  • a) de los seres humanos

La Navidad nos revela que Dios, la Trinidad, está del lado humano de la vida… y que la fe, si es auténtica, humaniza porque el “Verbo se hizo carne”, no idea ni corpus doctrinal. La Navidad nos manifiesta que lo humano no es vergüenza para Dios, que él no tiene espanto de nosotros, somos su orgullo.

La fe cristiana es el seguimiento de una persona: Jesús, un ser humano que es Dios, un Dios que se hizo humano.

El Dios de la Navidad… no es un super – héroe, es un simple ser humano.

El Dios de la humanidad… no tiene “filtros”, es auténticamente humano.

  • b) de los vulnerables

Tan así, que es un recién nacido… que fue limpiado, envuelto en pañales y acostado… Y es tan vulnerable que pone “su carpa”, acampa entre y con los seres humanos (Jn. 1, 14) y la fe, si es cristiana, prefiere ser tienda de campaña curando las heridas, sanando a las personas (Francisco – Audiencia General 23 de Octubre, 2019).

El nacimiento es narrado y presentado entre los que menos tienen (pastores), entre peregrinos (de Nazareth a Belén), entre paganos (Magos de Oriente)… Él se pone del lado de quienes no tienen lugar ni para nacer.

  • c) de la vida cotidiana

Nace en un “no lugar”, en la oscuridad de la jornada. Vive en el silencio de una vida tan habitual que es en ella donde aprende que el Reino se parece a la misma vida cotidiana.

Nace luego de un embarazo y por parto. Vive entre humanos, animales, enviados, trabajadores, buscadores.

Camina, trabaja, piensa, siente “como uno de nosotros” (GS. 22). Está del lado cotidiano de la vida que se queda en el “más pequeño” (Cf. Mt. 25), en el pan y vino (Ultima Cena), en donde hay comunidad (Mt. 18, 20).

Vive todo lo humano como propio y padece los avatares de una humanidad conflictiva con las luchas internas que en ella hay, padece el dolor de la muerte de los que ama, llora, sufre la traición e incomprensión…

Tiene amigos cercanos y amistades en general. Vive la “necesidad” de agua, de comida… Se alegra con los que gozan y se entristece con quienes están tristes. Se entrega generosamente por amor…

  • d) de los que unen

Durante mucho tiempo, se ha predicado y quizás, en algunas diócesis, todavía esté vigente que lo espiritual, divino, celestial, religioso, cristiano se distingue ontológicamente de lo humano, que hay que crecer exclusivamente en la esfera de lo “espiritual” o religioso, que esto es o no es cristiano porque es de otro grupo, religión, sociedad, etc.… Sin embargo, en Navidad lo humano, nuestra humanidad oscura y limitada, es capaz de Dios, es portadora de su presencia.

El Dios de Navidad es el que une lo profano y sagrado. El Dios de Navidad es el que testifica que lo humano tiene un lugar muy querido y amado en la ternura de Dios. El Dios de Navidad es el que une su presencia a nuestra fragilidad y pequeñez.

El Dios de Navidad nos revela que junto a él: todos tienen un lugar, todos son portadores de su voz, todos son capaces de hacer resonar su propuesta.

María, José, pastores, Magos de oriente, etc., son presentados como esa universalidad humana que une y en donde Dios suscita y acompaña cada proceso.

En Navidad lo alto se hace “bajo”, oriente busca a occidente, lo divino canta con los pastores, los pastores cantan con lo Divino.

  • e) de los que viven incertidumbres

La vida, nuestra vida tiene momentos de tensión, certezas, gozos, alegrías, tristezas, angustias, búsquedas, incertidumbres en donde todo parece venirse abajo… Intentando repensar a José y María “cuando les llegó el tiempo” de ser padres y no tener donde dar a luz y colocar a su hijo, muchas de esas sensaciones humanas habrán pasado por su corazón.

Y allí, en ese momento donde todo se une y entrelaza, es donde Dios se hace evidente y acompañante de sus vidas… de nuestras vidas.

Plegaria

Espíritu de la Revelación, es bello y necesario, alabarte,
porque sos la voz que prolonga y certifica la presencia de Dios en la vida,
porque nos comunicas la existencia del Misterio Trinitario que está antes que nosotros lleguemos, porque exteriorizas la intimidad divina a las personas y al mundo,
porque las realidades humanas son señales de tu presencia,
porque eres el balbuceo de una voz que nos desborda y nos considera capaces de ella.

Espíritu del agasajo, te pedimos
que nuestra espiritualidad manifieste al Dios de los ritmos, músicas, cantos, danzas, buscado por quienes hacen sonar los diversos instrumentos musicales,
que podamos expresar cómo nos vestiste de fiesta con la perspectiva pascual,
que las bodas del Cordero nos impulsen a dejar de lado la pecaminosidad y culpabilidad de la existencia, la evasión pietista, la virtuosidad espartana de la fe.

Espíritu del cambio y que está del lado de la humanidad,
te pedimos, como creyentes en Jesús,
el Dios hecho hombre, el hombre que es Dios,
que continuemos siendo una comunidad que vive:

  • “en el lado pobre de la vida donde la sencillez airea tu casa, donde el “Te necesito” no avergüenza, donde nace del alma el “Muchas gracias”, donde nadie te lleva por delante montado en “super – vidas importantes”
  • en el lado desnudamente humano de la vida.
  • en el lado pacientemente humano de la vida.
  • en el lado entrañablemente humano de la vida.
  • en el lado pequeñamente humano de la vida.
  • en el lado sufridamente humano de la vida.
  • en el lado complejamente humano de la vida.
  • en el lado sagradamente humano de la vida”(Meana, Eduardo – Declaración de domicilio, 2007).

Los días que Aragorn y Gandalf hablaban hoy, están al alcance de la mano y en torno la mesa donde todos los seres humanos tienen su lugar. En Jesús, la promesa se hace realidad y cotidiana.

Feliz Navidad, felices desde la Navidad porque creemos, anunciamos y celebramos a una Trinidad que vive y reside en lado humano de la vida, y de la humanidad que tiene lugar en el corazón de Dios.

Bibliografía

Francisco – Audiencia General – 23 de octubre de 2019
Meana, Eduardo – Declaración de domicilio. (28 de Septiembre de 2007) – Canal YouTube
Tolkien, J. R. R. – El retorno del Rey. (2017). ‘El señor de los anillos. El retorno del Rey’. Bs. As: Minotauro.
Trusso, Alfredo & Levoratti, Armando. (2015). ‘El libro del pueblo de Dios’. CABA: Verbo Divino.