Tribuna

Octavario de oración por la Unidad de los Cristianos (y VIII)

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Durante este Octavario hemos sido invitados a orar por la unidad entre los cristianos, orar por la unidad entre nosotros, con la humanidad y con toda la realidad creada. El horizonte de la ecología integral que propone el papa Francisco puede ser un espacio transversal entre las iglesias para unirnos junto a otras personas de buena voluntad para redescubrir nuestra interconexión con toda la realidad creada.



Comprender estas interconexiones requiere de una mirada diversa, unida en un horizonte común. Sabemos que hoy en día las fronteras son cada vez más efímeras, estamos íntimamente interconectados. Podemos verlo, por ejemplo, en la situación sanitaria que sufrimos o a través de los sucesivos eventos meteorológicos extremos que vivimos en los últimos años. Sus consecuencias no entienden de fronteras, pero sí afectan en mayor medida a los más vulnerables, aumentando la desigualdad y generando así un futuro en el que se descarta a la mayor parte de la humanidad.

Los cristianos no podemos vivir ajenos a esta realidad. Dice la lectura: “Todo lo que existe en el cielo y en la tierra lo ha creado Dios”. Y nosotros, los cristianos, creemos que lo ha hecho por amor. Por amor nos lo dio al conjunto de la humanidad y por amor nosotros lo hemos de cuidar. Encontremos en la defensa de la Creación, de la naturaleza vinculada a lo humano, un camino en el que los cristianos demos testimonio de unión al conjunto de la humanidad.

Unidos por la Casa común

En Él todas las cosas se mantienen unidas. Demos fruto en abundancia luchando por defender nuestra Casa común.

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