Tribuna

Octavario de oración por la Unidad de los Cristianos (VII)

Compartir

La víspera de su muerte, Jesús oró al Padre por la unidad. Para que todos sean uno. Para que el mundo crea. Pablo denuncia, en la primera carta a los Corintios, una actitud que ya había amenazado la vida de los primeros cristianos: que nadie presuma, dice Pablo. Todo os pertenece, el presente y el futuro. Todo es vuestro, pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios.



La unidad, qué divina belleza. No hay palabras humanas para definir lo que es. Se siente, se ve, se goza, pero no se puede explicar. Es Jesús entre nosotros. Y Jesús dice: amaos los unos a los otros como yo os he amado. Y, donde tres están reunidos en mi nombre, ahí estoy yo entre ellos. Esta presencia suya rompe los prejuicios, y construye nuevos espacios de diálogo.

Cada uno de nosotros necesitamos un suplemento de amor. Sería necesario que el cristianismo fuera invadido por un torrente de amor. Oremos juntos por la unidad.

*Escrito por Margarita y Juan, matrimonio vinculado al movimiento focolar