Tribuna

No en nombre del islam

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El islam y el terrorismo son diametralmente opuestos, como la luz lo es a la oscuridad, la vida a la muerte o la paz a la guerra. El islam no permite la guerra, ni causar daño a otras religiones o a sus seguidores, para su propia difusión. El terrorismo, sea del tipo que sea, está en contra de las enseñanzas islámicas y de la práctica de Mahoma. El islam es una religión de paz y hermandad.



La fuerza bruta puede ser empleada para inclinar la cabeza de un hombre, pero nunca puede ganar su corazón. Es el amor el que conquista el corazón. Una palabra de afecto y cariño es más eficaz que cualquier espada de acero. El islam prohíbe el uso de la fuerza o la coacción para la difusión de su mensaje. Cada ser humano es libre para creer o no creer. El Corán declara: “No ha de existir coacción en la religión” (2:257).

La ley referente a la guerra religiosa está claramente establecida en el Corán. Una guerra religiosa solo puede ser iniciada contra quienes hacen la guerra por motivos religiosos, en defensa propia. “Y luchad por la causa de Dios contra quienes luchan contra vosotros, pero no transgredáis. En verdad, Alá no ama a los transgresores” (2:191). Somos los seguidores del Santo Profeta Mahoma, que recibió el título de ‘Misericordia para el Universo’ por parte de Dios. Por eso, aspiramos a conquistar los corazones de la gente a través del amor, el afecto, la racionalidad y la verdad.

¿Existe la ‘Guerra santa’?

Yihad es un término árabe que puede traducirse por perseverancia, talento para esforzarse, o ejercer el máximo empeño para repeler al enemigo mediante la espada o la palabra. Por lo tanto, en lugar de Guerra Santa, la traducción más adecuada sería el Santo Esfuerzo. Debemos, además, distinguir entre la Yihad Menor y la Yihad Mayor.

La Yihad Mayor –la más importante– también se denomina la Yihad contra uno mismo, y es el esfuerzo espiritual que se realiza para ganar la proximidad a Dios, es esforzarse en ser una persona respetuosa con la ley, es la lucha contra las tendencias propias e inclinaciones malvadas, es un esfuerzo consciente que todo musulmán se autoimpone realizar a lo largo de su vida.

La Yihad Menor consiste en la lucha que se libra en defensa propia contra un enemigo que ha iniciado el ataque. Es también un esfuerzo para hacer frente a un enemigo que, de forma ilícita, expulsa a la gente de sus casas y se interpone frente a la libertad de adorar a Dios.

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