Tribuna

‘Historias de una generación con el papa Francisco’: Lecciones de la edad madura

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El pasado 25 de diciembre, Navidad, Netflix estrenaba la miniserie documental ‘Historias de una generación con el papa Francisco’. Inspirada en el libro ‘La sabiduría de los años‘ (Mensajero, 2018) –un proyecto editorial obra del propio Pontífice argentino y amigos, coordinado por el jesuita Antonio Spadaro–, esta producción constituye una oportuna hoja de ruta para el nuevo año, una buena compañera de viaje para ahuyentar el virus de la incertidumbre y resolver desde la convivencia ‘cordial’ (de corazón) aquella disyuntiva que hace más de una década planteaba la exitosa serie ‘Perdidos’: vivir juntos o morir solos.



Bergoglio despeja la incógnita de esta ecuación apelando a una de las inquietudes recurrentes de su pontificado: “Hoy, es importante para el futuro de la humanidad que los jóvenes hablen con los viejos”. Y ese es el espíritu que preside la ‘docuserie’ dirigida y producida por Simona Ercolani, cuatro capítulos de 45-50 minutos de duración en los que menores de 30 años se interesan por las experiencias de los mayores de 70.

El papa Francisco participando en la miniserie documental 'Historias de una generación', de Netflix

El papa Francisco participando en la miniserie documental ‘Historias de una generación’, de Netflix

Algunos tan populares como el cineasta neoyorquino Martin Scorsese, la etóloga británica Jane Goodall o la argentina Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo; pero también otros anónimos, como un heladero de Lampedusa (Vito Fiorino), separado y amante del mar, o un oftalmólogo uruguayo (Carlos Solís) y su esposa Cristina, bailando tango al son de las “adaptaciones” y “concesiones” que entraña el amor.

Los vínculos del amor

Precisamente, así se titula –‘Amor’– el capítulo protagonizado por ellos y ellas que abre estas ‘Historias de una generación’. Y, como los tres restantes, con las reflexiones y recuerdos del papa Francisco a modo de hilo conductor de las vivencias compartidas. En este caso, en torno al más universal de los sentimientos, pura gratuidad, imposible de conceptualizar, aunque con el poder de crear profundas conexiones: entre padres e hijos (Scorsese), incluso después de la muerte (Estela); con el migrante a la deriva que pide ayuda (Vito); en comunión con la naturaleza y sus moradores (Goodall), en un ejercicio de “empatía y respeto”; en la relación de pareja (los Solís), tras más de medio siglo de matrimonio…

Los testimonios se entretejen frente a la cámara con imágenes familiares de archivo, componiendo un tapiz que vale la pena contemplar en silencio. A ejemplo de aquella anciana “paciente y doliente” que fue Rosa, la ‘nonna’ (abuela) del Papa. Porque –citando a Marilynne Robinson en ‘Gilead’, novela que Scorsese lee para su benjamina y entrevistadora Francesca– “cualquier rostro humano es un reclamo”.

La dignidad del trabajo

Como lo son cada uno de los participantes que toman el relevo en los tres episodios siguientes, bajo la guía del mismo ‘maestro de ceremonias’, para hablarnos de ‘Sueños’ (cap. 2), ‘Lucha’ (cap. 3) y ‘Trabajo’ (cap. 4) en el atardecer de sus vidas. De Nigeria a Vietnam, de Jerusalén a Sudáfrica… hombres y mujeres con los más diversos oficios (zapatero, cocinero, fotógrafo…) y aficiones (paracaidismo, surf…) unen sus voces en un relato coral que reivindica la dignidad, la creatividad y la profecía a cualquier edad.

En suma, todo un rico repertorio de lecciones vitales que merecen ser atendidas para proseguir ruta hacia la madurez con esperanza renovada.