Tribuna

Haciendo eco… Recapitulando

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Que no me pierda en la noche, que no me pierda en el vino.
La vida vale la pena si aprendo a hacer el camino.
No me dejes sin tu cariño. No me dejes solo y perdido, sin ti no encuentro el camino, sin ti me quedo solito (Torres, Diego – Que no me pierda, 2001)



Mirando las noticias en distintos portales, medios televisivos o radiales pareciera que el mundo está al borde del colapso: guerras, luchas comerciales entre potencias económicas, peleas fratricidas, genocidios de pueblos, incendios, inundaciones, discursos belicosos y sociedades ofendidas preventivamente (Fourest, Caroline, 2021).

Si miramos noticias eclesiásticas daría la impresión que se está transitando dicha situación… quizás algunos aspectos con menos intensidad que en tiempos no muy lejanos. Esta realidad no es nueva, ya previo al Concilio Vaticano II existía esa puja entre posturas radicalizadas, continuó tiempo después y tuvo su apogeo en la época de los soberanos Wojtyla y Ratzinger que llevó a muchos a considerar ese período como un lago “invierno eclesial” (Rahner, Karl, 2012) o publicar distintos artículos agrupados en el libro “Clamor contra el ghetto” (Perea, Joaquín & González Faus, José & Torres Queiruga, Andrés & Vitoria, Javier, 2012) y hasta denominar al período que se abrió en 2013 como una nueva primavera (Vidal, José Manuel & Bastante, Jesús, 2013).

En estos días varios portales replicaron que un obispo proveniente de una línea pastoral sacó una carta denostando a un prestigioso teólogo español que para la institución eclesiástica es considerado un cristiano probo y fue reconocido por su propio obispo. Por otro lado, se ha realizado una reunión de cardenales y obispos contrarios o críticos a Francisco, actual Obispo de Roma (González Alonso, Mateo, 2025). No serían los únicos casos. Por momentos, da la impresión, que muchos viven el ser cristiano como un “cristianismo”, es decir, fanatismo, fundamentalismo, etc.

Estas situaciones fueron las que nos hicieron recordar que la fe cristiana está por encima de todas esas lógicas, pero para ello es necesario afirmar y re afirmar con Pablo de Tarso: “hacer que todo tenga a Cristo por cabeza” (Ef. 1,10)

1. Desde Cristo

En el libro “Una aventura maravillosa” hemos hecho una reflexión sobre la recapitulación en Cristo, que podemos sintetizar de la siguiente manera: estar centrados en él; el principio rector similar al corazón de la fe en sus múltiples dimensiones; ligazón con el cuerpo porque uno crece con otro porque él es la Cabeza y esta crece en el cuerpo que es él mismo (Cf. Col 4,16) comprendiendo la totalidad; crecimiento desde el amor hacia la Cabeza, ella es la protagonista de la misma recapitulación (Col 1,18) junto con el cuerpo; unir a la Cabeza y elevar hasta ella (Curia, Christian, 2022, pág. 43).

Este es un criterio medular para un jubileo cristiano: hacerlo, vivirlo, comunicarlo, celebrarlo al estilo de Jesús, poseyendo una perspectiva que está allende de una religión o institución, porque se basa en comunidades que quieren seguir al Resucitado. Si lo que hacemos opaca el misterio, quienes tenemos que cambiar somos nosotros.

2. Recapitular todo en la Buena Noticia

El Evangelio, como propuesta supera a un texto en sus 4 narraciones. Para los cristianos la Palabra de Dios no es un escrito, sino una Voz que se quiere comunicar con la humanidad para compartirle su vida y hacerla partícipe de su propuesta (Concilio Vaticano II – DV, 1965) (#2).

El Evangelio es para los cristianos una persona: Jesús de Nazareth, encarnado, muerto y resucitado para nuestra salvación. Quizás pasa desapercibido, pero la fe de la iglesia cuando hace liturgia dice: “Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según…”. Por tal motivo, el Concilio Vaticano II habla de Mediaciones de la Palabra de Dios, lo sostiene el magisterio posterior y Francisco (Obispo de Roma) lo ha reiterado al afirmar:

“La Palabra de Dios, por lo tanto, precede y excede a la Biblia. Es por ello que nuestra fe no tiene en el centro sólo un libro, sino una historia de salvación y sobre todo a una Persona, Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne” (Francisco – Discurso a la comisión Bíblica, 2013)

Celebrar un jubileo es un momento propicio para “hacer eco” de esta Palabra en el corazón de las personas y comunidades, es decir, hacer catequesis, porque Jesús, es la Buena Noticia de la Trinidad para nosotros “es el centro, meollo, núcleo, logos (palabra/sentido) de la evangelización” (Curia, Christian, 2018, pág. 8).

3. Profetas de la eterna novedad

Juan XXIII; el grande, hablaba de signos de los tiempos como esos acontecimientos donde hoy Dios se sigue revelando. Para romper el diagnóstico mencionado al principio, nos parece oportuno la presencia de estos “profetas de la eterna novedad” que se caracterizan por ser centinelas que comunican el gusto de vivir desde el Resucitado para encontrar el sentido a la vida compartida. Son quienes contemplan más allá de los sucesos o acontecimientos revelándonos la presencia de Dios en nuestra historia personal y comunitaria. Ellos anuncian lo que ya está presente, que a la vez está viniendo, suscitan esperanza (perspectiva mayéutica).

El Jubileo 2025 es una “memoria” del Papa Bueno, porque el centinela anuncia y está atento a lo que viene, no se lamenta por la noche que se va: “Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente. En el presente momento histórico, la Providencia nos está llevando a un nuevo orden de relaciones humanas que, por obra misma de los hombres, pero más aún por encima de sus mismas intenciones, se encaminan al cumplimiento de planes superiores e inesperados; pues todo, aun las humanas adversidades, aquella lo dispone para mayor bien de la Iglesia” (Juan XXIII – GME, 1962)(# 4).

Si finalizado el Jubileo, nos encontramos en el mismo diagnóstico, evidentemente nos hemos transformado en profetas de calamidades que anunciamos lo pasado, la noche y a ella queremos volver, porque nos sentimos más seguros o por una mera ideología. “Si el enviado sólo se lamenta porque no se vive, no se cree, no se hacen ritos como antes… se transforma en un restaurador, es decir, no es fiel a Dios ni a los hombres, sino a su propia ideología” (Curia, Christian, 2018, pág. 11).

4. Aggiornados

La fe en la Trinidad provoca en nosotros un estupor tal, que lo contemplado es inmensamente mayor que lo comunicado, por este motivo, nuestros vocablos a veces son balbuceos que quieren comunicarla de manera legítima, en un lenguaje que es limitado. Desde esa experiencia, el mismo Jesús como exégeta y pedagogo, utiliza signos y términos adecuados a la realidad de los interlocutores. A lo largo de los años posteriores, los cristianos tomamos signos que nos ayudaron a profundizar el misterio que anunciamos: pez, pelícano, el crismón con α – Ω, cruz, pan, agua, vino, aceite, báculo, estolas, templos, altar, mitra, tiara, pectorales, vestimentas, títulos, etc. A medida que avanzamos en la internalización, fuimos dejando de lado los que ya no eran acorde a los tiempos. Si bien no se rechazaron, algunos dejaron de tener un lugar más destacado. Porque los signos son eso, sólo instrumentos, tienen límites y, por lo tanto, no son eternos, no son la realidad en sí misma.

El Jubileo peregrinos de esperanzas, es una vivencia que nos permite madurar el aggiornamento porque hay en nuestra cultura signos, experiencias que descubren e introducen en el misterio de Dios y la humanidad.

Torres Queiruga

5. Ministros de buenas nuevas

El ministro de la palabra, escucha a los interlocutores: Trinidad y humanidad. El creyente no tiene la voz de Yahveh, sino que la busca, la profundiza y comparte junto con las demás personas. El mensaje es para la vida, no una moraleja, para ello se evitará un adoctrinamiento vacío. Meditamos la Palabra para descubrir en ella el amor de la Trinidad, cómo busca la salvación y felicidad humana, que crea/salva por amor. Y no es para hacer apologías baratas contra otros. La Palabra es Evangelio que en libertad se propone en favor de la humanidad.

El Jubileo es un kairos para revivir que “La revelación que alcanza su plenitud en Cristo, no cierra, sino que abre; no paraliza la presencia de Dios, sino que la patentiza en su máxima actualidad. Por eso, la revelación es siempre actual; Dios sigue revelándose, no en el modo de abrir clave, eso ya está conseguido en Cristo, sino en el hacer posible vivirlas todas en la libre acogida de su presencia viva” (Torres Queiruga, Andrés, 2008, pág. 511).

6. Sin ismos

¿Cómo llegamos o por qué vivimos el diagnóstico planteado al inicio? Principalmente, porque hemos vivido la fe y todo lo que ello trae, de manera “ismo” o “dad”. Es decir, fundamentalismo y cristiandad. Ese fue un modelo político/religioso que se caracterizaba por los siguientes principios: alianza entre Estado y jerarquía eclesiástica; uniformidad en territorio, lengua, rito; prebendas políticas, mentalidad estamental, sacramentalidad y predicación centrada en el pecado, la culpa y la condena. Este modelo pastoral llevó, nos llevó, a vivir de manera tal que el otro es enemigo del cual “por la señal de la santa cruz, líbranos Señor Dios nuestro”. Todo “ismo” es peligroso (De Vos, Frans, 2002, págs. 48-50), porque atenta contra la dignidad humana y menoscaba la auténtica experiencia de Dios. El “ismo” suele ser una sobre exageración del vocablo que lo precede.

Cuando terminemos de celebrar el jubileo, un signo elocuente será el haber superado la mentalidad de fundamentalistas o de cristiandad, porque habremos re/descubierto que Dios se comunica de múltiples maneras y respeta los tiempos, culturas e historia. Mientras transitamos este tiempo de gracia, recordamos que “unidad, pero no uniformidad” (Küng, Hans, 1965, pág. 179).

7. Valorando

Quisiera dedicar este artículo al teólogo Andrés Torres Queiruga, quien a lo largo de su vida sigue haciendo eco de la maravillosa y mayéutica revelación de Dios en la vida de toda persona, en todo tiempo y lugar. Por tal motivo, les comparto una frase que podría sintetizar la obra de este teólogo colosal:

“Creada por amor, en el amor y para el amor, la creatura humana está desde siempre envuelta en la gracia salvadora de Dios, que la sustentan en su ser, y la promueve hacia su realización posible en la historia, hasta la plenitud de la comunión definitiva en la Gloria” (Torres Queiruga, Andrés, 2005, pág. 66)

Felices desde la Vida Nueva… ¡felices porque desde la Santidad de Dios la Iglesia hace eco recapitulándose constantemente para pasar por su corazón quién es el centro de su vida y no perderse (perdernos) por caminos que no revelen a la Trinidad!

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Trabajos citados

Concilio Vaticano II – DV. (1965). Constitución Dogmática Dei Verbum. Vaticano: Paulinas.
Curia, Christian. (2013). Te creo. Una propuesta pastoral desde Jesús. Buenos Aires: Claretiana.
Curia, Christian. (2018). La #vida nos da #señales. Buenos Aires: PPC.
Curia, Christian. (2022). Una aventura maravillosa. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: PPC – Bonum.
De Vos, Frans. (2002). Pensar la Catequesis. CABA: Claretiana.
Fourest, Caroline. (2021). Generaciones ofendidas. Madrid: Libros del Zorzal.
Francisco – Discurso a la comisión Bíblica (04 de Diciembre de 2013). Obtenido de https://www.vatican.va
González Alonso, Mateo. ‘Precónclave’ antiFrancisco con 80 cardenales y obispos en Portugal (4 de Febrero de 2025). Obtenido de https://www.vidanuevadigital.com
Juan XXIII – Gaudet Mater Ecclesia – GME (11 de Octubre de 1962). Discurso Inaugural del Concilio Vaticano II. Obtenido de https://www.vatican.va
Küng, Hans. (1965). Iglesia en Concilio. Salamanca: Sígueme.
Perea, Joaquín & González Faus, José & Torres Queiruga, Andrés & Vitoria, Javier. (2012). Clamor contra el gueto. Textos sobre la crisis en la iglesia. Madrid: Trotta.
Rahner, Karl. (2012). El concilio, un nuevo comienzo. Barcelona: Herder.
Torres Queiruga, Andrés. (2005). Esperanza a pesar del Mal. La Resurrección como horizonte. Vizcaya: Sal Terrae.
Torres Queiruga, Andrés. (2008). Repensar la revelación. La revelación divina en la realización humana. Madrid: Trotta.
Torres, Diego – Que no me pierda. (2001). Obtenido de https://www.youtube.com
Vidal, José Manuel & Bastante, Jesús. (2013). Un concilio entre primaveras. De Juan XXIII a Francisco,. Madrid: Herder.