Querido Testimonio:
Al pronunciarte la vida se conmueve porque está impregnada de tu presencia. Muchas personas sin nombrarte te han presentado con las credenciales de la existencia. Si nos ponemos a contemplar y a meditar, descubrirnos que “primero vivimos y luego reflexionamos” (De Vos, Frans, 2019).
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Mal interpretado testimonio:
Vaya alguien a saber qué nos pasó o cuándo sucedió. Pero, lamentablemente, muchas veces te comprendimos mal o lo hicimos con nuestros criterios o con esa herencia casi herética, si nos permitís la expresión. Pareciera que vos significas algo y nosotros lo entendemos de otra manera. Raro, ¿no?
Nos referimos a que por tu etimología u origen, querés significar que sos la atestación, aseveración, certificación, comprobación de algo o de alguien (RAE – Testimonio, 2025).
Y nosotros te entendemos como algo que “debemos hacer” … evidentemente algo, alguien o algunos nos han trastornado con una moralina o “un deber ser”, cuando vos “sos”.
Te pedimos perdón, por mal interpretarte… y deseamos que al bucear en vos vivamos una metanoia para ser fieles al sentido de tu vida; o por que alguna vez, fuimos testigos inadecuados o que nuestra fragilidad ha presentado de manera inconveniente a quien queríamos comunicar.
Apasionado testimonio:
Nuestra existencia está impregnada de testigos oculares o de certificaciones que comunican con pasión “lo que han visto y oído”, lo que han gustado y saboreado, a quien han contemplado y vivenciado en la vida de otras personas y en las suyas.
¡Gracias a vos, vivimos testimoniando aquello que experimentamos o que otros nos certifican!
Una gran sorpresa llega cuando te vemos palpable en la vida de tantas personas que son testigos amorosos: esposos, padres, madres, abuelos, familiares, amigos, vecinos, transeúntes, colegas de trabajo o de transporte, camareros, encargados de bares, etc., que con sus gestos y palabras son testigos de aquella cosmovisión que orienta su existencia y en cómo nos ayudan a descubrir “el gusto de vivir” (Curia, Christian, 2024).
Y, sabes una cosa, conocemos, vemos, descubrimos que vos, además de lo cotidiano de la vida, sos elocuente en quienes profesan alguna expresión religiosa y configuran su manera de vivir con el misterio de amor que profesan, celebran y anuncian.
Divino testimonio:
En la fe cristiana, tu existencia es una conmoción. Otra vez ella rompe los esquemitas mentales y puritanos, porque el testimonio es divino. ¿Sabías eso? Si, tu “vocablo” (testimonio) antes que ser nuestra manera de comunicar a la Trinidad, es la certificación de que ella está orientada a visibilizar su ternura y amor hacia la humanidad y que su vida se hace “visible” en que toma la iniciativa para comunicar a todos lo profundo de su ser (Concilio Vaticano II – DV, 1965)(#2).
Muchas personas han vivenciado ese Dios que se revela por amor y nos han compartido en primer lugar el testimonio de una divinidad inclinada hacia la salvación y redención. Y esos testimonios nos llegan de múltiples maneras a través de las mediaciones que creamos para contemplar a ese misterio de amor que se comunica (De Vos, Frans, 2019).
¡Qué admirable es la bondad de Dios que se hace testimonio de predilección amorosa y verificable en tantas personas que son eco de ese deseo ardiente de salvación!
Encarnado testimonio:
Queremos detenernos un instante, como cristianos, en la persona del Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros siendo auténticamente humano sin dejar de ser divino y testigo elocuente de que a Dios lo humano le es primordial (Concilio Vaticano II – GS , 1965) (#22). Ese gesto es testimonio que “el cielo se une con la tierra y lo divino con lo humano” cantamos gozos en la Vigilia Pascual (CEA – MRC, 2011, pág. 521). Él es testigo de que Dios es amor y que la esencia de la Trinidad es amar. “Él dio certificación del Padre y su Reino, de la verdad y de Él mismo. El resucitado nos invita a evidenciar la experiencia que hemos vivido. La misma Sagrada Escritura se encuadra como atestación del accionar de Dios en nuestra historia. La Buena Noticia de Jesús es una aseveración pública de personas que tuvieron la experiencia redentora” (Curia, Christian, 2013, pág. 37).
Plegaria testimonial:
Otra asombrosa maravilla es que tu vocablo, en la fe, se hace plegaria utilizando el sentido de tu palabra (testimonio), para certificar que el Padre/Madre por, con y en el Hijo, en unidad y comunión con el Espíritu, ha redimido al mundo y damos gracias a la Trinidad “por sus obras, por la creación, la redención y la santificación” (CEA – MRC, 2011, pág. 797).
En cada Plegaria Eucarística, testimoniamos “que es justo y necesario dar gracias a la Trinidad” porque se revela, nos ama, y guía sinodalmente nuestra historia como espacio y tiempo de salvación. En esas oraciones, también evidenciamos a quienes nos han precedido y son realidad de tu palabra (testimonio). Allí, además, hacemos palpable que aún seguimos creciendo y madurando en humanidad creyente.
Evangelizador testimonio:
¡No queremos caer en una mala interpretación de tu nombre! Por eso, solicitamos que tu voz nos sigue fortaleciendo en el proceso evangelizador. Un gran amigo tuyo, y pastor de la Iglesia, cuando hablaba de evangelización comenzaba diciendo que lo primero sos vos: no entendido en sentido moralista (lo que se “debe hacer”), sino en una vida auténticamente humana que vive como tal (Pablo VI – EN, 1977) (#21). Por esto, antes de hablar de vos, certificaba que la Iglesia evangeliza, porque es evangelizada por el misterio de Dios que se ha hecho carne. ¡La iglesia no se testimonia a si misma!
Resonado testimonio:
En estos días vivimos un eco maravilloso que nos conmovió profundamente. En el marco de una semana de estudio, sobre la encíclica Dilexit Nos y del jubileo de la esperanza, Marcelo Franchini, de la ciudad de Rosario de Argentina, presentó su tesis doctoral sobre el Itinerario Catequístico Permanente, haciéndose testigo de una categoría elocuente de tu palabra (testimonio). Hizo memoria del Dios que se revela comunicando su amor, y de aquellos testigos apasionados de esa eclesiología fruto del Evangelio y del Concilio Vaticano II. Uno de ellos fue el considerado padre de la catequesis renovada, cuando citaba a una religiosa llamada Beatriz Casiello quien afirmó:
“vimos al padre Frans De Vos, cargado de lógica emoción de estos 25 años que pesan sobre sus únicas espaldas de pionero y continuador de esta gesta catequística en el país. Y nos dolió la omisión de un reconocimiento explícito a su única, silenciosa, titánica, audaz, tesonera, perseverante y comprometida tarea de padre y maestro” (Franchini, Marcelo Javier, 2025, pág. 204)
Pastoral testimonio:
Sos tan cotidiano que nos olvidamos que vos suprimís y aniquilás el fanatismo y la cristiandad militarizada de la imposición de la fe. Vos, como atestación, suscitas y fortaleces la fe en Jesús que nos hace vivir a su modo, configurando nuestra existencia en él. Nuestra pastoral, como testimonio, tiene consecuencias desafiantes:
- Insiste en la iniciativa de Dios, porque el testimonio es una respuesta de esa manifestación.
- Acentúa la vida de fe como certificación del amor, y no en seguir una moral acorde a la coherencia institucional o de alguna corriente espiritualoide de intimismo que nos esconde en sus llagas o nos hace evadir la realidad.
- Adapta el proceso de evangelización a la realidad del otro y no al de una institución.
- Comparte las diversas maneras y formas de testimoniar la fe cristiana.
- Está cerca del hermano que lo necesita, del que sufre.
- Evita la utilización de un lenguaje anacrónico e inadecuado para el Evangelio: cruzadas, fieles, súbditos, militantes, ejércitos, legiones, jefes, indulgencias, sumo pontífice, etc.
- Fomenta la dimensión dialogal y comunitaria, humanizando la fe.
- Incrementa los encuentros, taconea “las fichas y las clases”.
- Vivencia la pluralidad de maneras en la que la Trinidad se manifiesta para desterrar “el único medio” o esas ciertas líneas fundamentalistas que pululan, que hasta dicen que él pide derramar sangre.
Gracias, querido testimonio, por tantas certificaciones en la vida que nos hacen evidente que no hay requisitos para ser cristianos, sino que, vivenciando que somos amados, es que vivimos dentro de lo humanamente posible, la fe como testimonio que Dios reitera su amor en tantas señales de su presencia.
Gracias valorado testimonio, porque la Trinidad se hace “testimoniable” y visible en la Palabra, y ella es buena noticia y testigo que en ella lo humano tiene cabida certificando que somos “muy buenos” (Gn. 1, 31).
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Trabajos citados
CEA – MRC. (2011). ‘Misal Romano Cotidiano’. Buenos Aires: Oficina del Libro.
Concilio Vaticano II – ‘Dei verbum’ (1965).
Concilio Vaticano II – ‘Gaudium et spes’ (1965).
Curia, Christian. (2013). ‘Te creo. Una propuesta pastoral desde Jesús’. CABA: Claretiana.
Curia, Christian. (2024). ‘El gusto de vivir. Desde la vida del Resucitado un itinerario pascual’. CABA: Claretiana.
De Vos, Frans. (2019). ‘Metodología Catequística’. CABA: Claretiana.
Franchini, Marcelo Javier. (2025). ‘Itinerario Catequístico Permanente en Argentina. Historia y contenido de una nueva categoría teológica, espiritual y pastoral’. CABA: Guadalupe.
Pablo VI – ‘Evangelii nuntiandi’ (1977). Vaticano: Paulinas.
RAE – Testimonio (2025).