Tribuna

Ética y moralidad: una reflexión sobre la situación actual en Irán

Compartir

Entiendo la ética como una actitud de justicia, igualdad y empatía. Requiere la capacidad de concebir principios, valores y acciones que tengan en cuenta la dignidad de cada persona por igual. Se trata de una visión que no se ve obstaculizada por las excepciones. La ética proviene del corazón del ser y de su conexión con todos los demás. Terencio dijo: “Soy un hombre y nada de lo humano me es ajeno”.



En cuanto a la moralidad, es una construcción adicional a la ética, que implica reglas de conformidad, impuestas a las sociedades y a las personas desde el exterior. Esta no está impulsada por el amor a los seres o por el deseo de comprenderlos, sino por el deseo de uniformidad y control.

La policía de la moralidad

En la historia de las religiones, especialmente del cristianismo y del islam, el sentido ético primordial, que fue la base de la revolución original provocada por la religión, fue suplantado durante un tiempo por la moralidad. Y esta moralidad tenía una policía, que todavía existe en algunos países musulmanes. Esta aberración, la policía de la moralidad, niega la singularidad del ser y su relación directa con lo divino, sustituyéndola por una relación de sometimiento al poder religioso y/o político.

Protestas en Irán por el asesinato de Mahsa Amini

Por ello, esta es una piedra angular de los regímenes políticos basados en el islamismo, tanto suní como chií, así como del islam salafista. En Irán, desde la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, detenida por la policía de la moralidad por no respetar el código de vestimenta impuesto a las mujeres, hombres y mujeres iraníes salen a la calle cada noche para manifestarse. Se alzan, a costa de sus vidas, contra la policía de la moralidad y el poder gobernante para exigir libertad moral, cívica, religiosa y política.

Lo que difiere de las manifestaciones de los últimos años es que esta vez no son solo personas con mentalidad liberal las que se sublevan, sino mujeres con chador, que creen que este velo casi completo es una obligación musulmana, pero que exigen libertad para sus hermanas, hijas y amigas. Me parece que es un signo de los tiempos que cambian, cuando la ética se impone a la moralidad y entonces la famosa cita de Voltaire se convierte en: “No me visto como tú, pero lucharé hasta la muerte para que tengas derecho a vestirte como quieras”.


*Artículo original publicado en La Croix, ‘partner’ en francés de Vida Nueva