Tribuna

Estaciones en el camino a Belén, camino del gozo y de la alegría

Compartir

Introducción

Es costumbre piadosa recorrer el camino de la Cruz, cabe observar a María en los dolores de su maternidad, se populariza el camino de la Luz Pascual. Hoy, en medio de una soledad física y social, he sentido la posibilidad de emprender el camino del gozo y de la alegría, y os lo comparto.



Primera estación: Se cumplen las profecías

Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados” (Is 49, 13). ¿Sientes este anuncio en ti?

Segunda estación: El pueblo de Dios se colma de alegría

Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel, regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén. El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temas mal alguno” (Sof 3, 14-15). ¿Te sabes habitado por la presencia divina?

Tercera estación: El ángel anuncia a María

“El ángel, entrando en su presencia, dijo: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo’” (Lc 1, 28). ¿Das crédito a que tú también eres amado por Dios?

Cuarta estación: Juan se llena de gozo

“¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre” (Lc 1, 43-44). ¿Consideras la fe como un don, regalo inmerecido?

Quinta estación: María exulta de alegría

“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador” (Lc 1, 46-47). ¿Eres agradecido con Dios y con los tuyos?

La adoración de los pastores, de Murillo

La adoración de los pastores, de Murillo

Sexta estación: El ángel anuncia el nacimiento de Jesús

“El ángel les dijo: ‘No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor’” (Lc 2, 10-11) .¿Qué es para ti una buena noticia?

Séptima estación: Los ángeles cantan la gloria de Dios

“De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: ‘Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad’” (Lc 2, 13-14). ¿Te consideras de buena voluntad?

Octava estación: Los pastores dan gloria a Dios

Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho” (Lc 2, 20). ¿Das testimonio de la gracia que hay en ti?

Novena estación: Simeón siente cumplidos sus sueños

“Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: ‘Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel’” (Lc 2, 28-32). ¿Tienes paz interior?

Décima estación: Ana alaba al Señor

“Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén” (Lc 2, 36-38). En tu oración ¿qué predomina la súplica o la alabanza?

Undécima estación: Los Magos se alegran al ver la estrella

“Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría” (Mt 2, 9-10). ¿Sigues la estrella de la luz interior de tu conciencia?

Duodécima estación: La Sagrada Familia vuelve del exilio

“El ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: ‘Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño‘” (Mt 1,19-20). ¿Te sientes libre o esclavo?

Decimotercera estación: Vamos con alegría a ver a Jesús

“¡Qué alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor, ya están pisando nuestros pies tus umbrales Jerusalén!” (Sal 121). ¿En quién pones tu esperanza?

Decimocuarta estación: Estad alegres

Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Flp 4, 4-7). Tanto en paz, tanto en Dios, ¿vives con miedo, temor, preocupado, o confías en Dios?

Oración

Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo, y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén