El Vaticano incluye esta celebración en el Misal Romano porque “el misterio de la creación debe ser amado, protegido y, al mismo tiempo, impulsado a progresar, así como transmitido de generación en generación”
El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos lamenta que las celebraciones litúrgicas sean un campo de batalla