Tras la publicación de los informes del Defensor del Pueblo y del bufete Cremades, la Conferencia Episcopal Española ha publicado Para dar luz II, algo más que una síntesis de estos estudios. Se trata de una hoja de ruta que establece un plan antiabusos que coordine todas las realidades eclesiales, además de la diversidad y autonomía de cada diócesis, congregación…
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Bienvenida sea, como se sugiere, la creación de un órgano que aúne recursos y evite que ninguna institución se quede atrás o al margen por falta de medios o por desidia.
Aunque hay quien quiere finiquitar sin más esta lacra, lamentablemente aún existen casos del pasado cuyas heridas supuran y continúan las denuncias en el presente, con víctimas orilladas y cuestionadas. Por ello, no se puede bajar la guardia lo más mínimo en materia de prevención a futuro, que –como señala el nuevo estudio– exige una formación permanente de toda la comunidad cristiana con un énfasis especial en los seminarios.
El enemigo dentro
Los abusos de poder, conciencia y sexuales continúan. No se atajan ignorándolos ni tapándolos, ni menos aún pensando que las víctimas son el enemigo de la Iglesia. El enemigo está en la propia Iglesia. La solución, también.
