¿Se parece la gestación subrogada de Ana Obregón a la de Abrahán y Sara?


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Hoy, 29 de marzo, la revista Hola –la reina de las revistas del corazón– anuncia que Ana García Obregón, a sus 68 años, ha sido madre de una niña –al parecer también de nombre Ana– que ha nacido por medio de una gestación subrogada (una práctica prohibida en España, pero permitida en Estados Unidos). Naturalmente, la noticia ha dado ya –y dará– material para que todas las tertulias –del corazón y políticas– tengan contenido para hablar y discutir largo y tendido.



¿Existen los vientres de alquiler en la Biblia?

Independientemente de la valoración moral que merezca el asunto, el hecho de tener un hijo propio de una madre que no es la esposa ya aparece en la Biblia. Quizá no sea una gestación subrogada propiamente dicha –al menos tal como se entiende hoy–, pero se le parece extraordinariamente. En efecto, ante la imposibilidad de que Abrahán y Sara puedan tener hijos, la matriarca toma una decisión: “Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una esclava egipcia llamada Agar. Saray dijo a Abrán: ‘El Señor no me concede hijos, llégate, pues, a mi esclava a ver si tengo hijos por medio de ella’. Abrán aceptó la propuesta de Saray. Así, a los diez años de habitar Abrán en Canaán, Saray, la mujer de Abrán, tomó a Agar, la esclava egipcia, y se la dio a Abrán, su marido, como esposa” (Gn 16,1-3).

Esta costumbre se encuentra en el marco cultural y social del entorno mesopotámico. Así, en el famoso código de Hammurabi (siglo XVIII a. C.) se mencionan casos en los que un hombre toma a una mujer como esposa y luego esta –habiendo tenido hijos o no– le ofrece al marido otra mujer, normalmente una esclava. Asimismo, en las llamadas tablillas de Nuzi –en torno a 20.000 documentos cuneiformes, datados entre los siglos XV y XIV a. C., encontrados al suroeste de la actual Kirkuk entre 1925 y 1931–, se han hallado varios contratos matrimoniales. En uno de ellos se lee: “Kelim-ninu ha sido dada como esposa a Shennima. Si Kelim-ninu tiene [hijos], Shennima no tomará otra esposa; pero si Kelim-ninu no tiene [hijos], tomará una mujer de Lullu como esposa para Shennima”.

Como diría el Eclesiastés, no hay nada nuevo bajo el sol.