Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Por una escuela libre de dispositivos móviles


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Después de dos semanas hablando sobre dispositivos móviles y escuela, voy a realizar una propuesta que creo que ayudaría a nuestros alumnos: una escuela libre de dispositivos móviles. Es decir, que el centro educativo sea un lugar en el que los chavales tengan que estar varias horas sin acceder a sus pantallas. Para ello, tal vez sería bueno poner a la entrada de estos centros una especie de taquillas para tabletas y móviles donde fuese obligatorio guardar estos dispositivos móvil de una manera segura para que a la salida los pudiesen recoger.



Esto nos permitiría varias ventajas.

  • La primera dejar de facilitar la dispersión a los alumnos. Ellos ya tienden a dispersarse fácilmente sin ninguna ayuda externa. Si además durante la clase tienen un instrumento que lo facilita enormemente, flaco favor les estamos haciendo.
  • En segundo lugar que tengan que aprender a socializarse, porque cuando salgan al patio no van a tener más remedio que hablar o jugar con sus compañeros. Además, lo van a hacer de una manera que no sea autorreferente, porque con las tabletas y los móviles lo que hacen es siempre exponer a los otros lo que hacen, lo que son, lo que comen, lo que ven, lo que visten… Cuando están en el patio sin otra cosa que hacer, la manera de relacionarse es distinta y más colaborativa.
  • En tercer lugar, detectar las posibles conductas adictivas a temprana edad. Es decir, aquellos niños o jóvenes que se encuentran mal porque no tienen al lado su móvil. Cuando antes se desvelen estas conductas más fácil es ponerles solución y ayudar a quienes las padezcan a dejar su dependencia.

¿Esto significa renunciar a las nuevas tecnologías y a sus posibles aplicaciones positivas? No, por supuesto. Una escuela libre de dispositivos móviles no implica una escuela ajena a los avances tecnológicos. Los profesores tienen que utilizarlos, hacer uso de ellos en la medida que sean positivos para su enseñanza. Las pizarras digitales, las posibilidades de conectarse a internet para buscar o encontrar información, el ponerles un vídeo adecuado para el aprendizaje, tienen que ser el día a día también para estas clases. Ahora bien, quien utiliza y controla la tecnología es el profesor.

Libres de wifi

Además de esto, tenemos que enseñar a nuestros alumnos a utilizar los programas informáticos más habituales de una manera obligatoria. Es decir, tendrían que tener acceso a ordenadores que, libres de wifi (para evitar entretenimientos) les permitiesen aprender a utilizar procesadores de texto, hojas de cálculo y otros tipos de programas básicos.

En algún momento de la enseñanza se podrían utilizar estos dispositivos (de una manera excepcional) para alguna actividad docente, de modo que los alumnos los utilizasen en ese momento con ese objetivo y luego los devolviesen a sus taquillas. Así les enseñamos a no depender del dispositivo, sino a utilizarlo cuando lo necesiten.