José Luis Pinilla
Migraciones. Fundación San Juan del Castillo. Grupos Loyola

“Pegasus”


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Pegaso era el caballo alado de los dioses. Sobre su nacimiento diferentes escritos de la antigüedad aseguran que nació en el mar, fruto de las fuertes corrientes, y era hijo de Poseidón. Para otros, este caballo alado nació en la tierra, fruto de la sangre derramada por Medusa. Hoy ha dado nombre a un programa espía –“Pegasus”– que fue utilizado para ‘hackear’, entre otros, los celulares del presidente del Gobierno y de la ministra de Defensa.



El caso está ya en manos de la Justicia, que ha definido que el móvil del presidente se intervino en dos ocasiones (el 19 y el 31 de mayo) en las fechas en que España estaba inmersa en una crisis migratoria con Marruecos. El espionaje a Sánchez con “Pegasus” fue tras su visita a Ceuta. En esas fechas, España vivía el mayor momento de tensión con Marruecos en torno a las fechas en que llegaron a costas de Ceuta 6.000 migrantes.

Hoy día se alude cambios en política migratoria en la relación de Marruecos y España tras el cambio de postura del Gobierno español a propósito del Sáhara. Nuevamente se pone de actualidad el uso de los flujos migratorios como “factor político” y en muchos casos como arma de presión y de negociación. ¿Qué hay del “factor humano”?.

De Bielorrusia a Marruecos

Hay que recordar que antes de la actual guerra en Ucrania, la Comisaría de la Unión denunciaba también a su vecina Bielorrusia por la militarización de la frontera, porque había unos 30.000 migrantes. Dicen que se trataba de un ataque híbrido de Bielorrusia a Polonia que desató una algarada en la ONU, Unión Europea, organismos internacionales y un paquete de sanciones a Bielorrusia.

La crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia –según informaba la BBC– se había agravado a medida que miles de personas provenientes de Medio Oriente y África estaban tratando de ingresar a territorio polaco. Y que muchas de ellas llegaban en vuelos desde estos países hacia Bielorrusia. Polonia puso soldados y alambradas en la frontera. Otro fue el comportamiento –esta vez muy ejemplar– con los refugiados ucranianos.

Bielorrusia y Polonia frontera

He puesto dos ejemplos actuales y cercanos: Marruecos/España y Bielorrusia/Polonia donde también se advierte la diferencia de trato a los migrantes según su origen. Si queréis hablamos también de Trump o políticos parecidos. No son pocas las voces que en muchos casos plantean la hipótesis de que las migraciones son una nueva modalidad de armamento que no son solo producidas por la búsqueda de una vida mejor sino que el flujo de esos movimientos se utiliza con fines geoestratégicos. Estamos ante el colmo del utilitarismo, pero no asombrados ante la compresión de las tensiones e intereses que hacen que se utilicen a las personas con esos fines. Por eso se “juega” con el control sobre flujos migratorios. Porque puede desestabilizar una zona pudiendo generar tensiones inexistentes o potenciar unos grupos u otros. “Pegasus” podría desvelar mucho más de cuanto de desprecio hay a los emigrantes en los tratamientos geopolíticos que les incumben.

De ‘Evangelii gaudium’ a ‘Pacem in Terris’

Vamos a recordar simplemente unos rasgos de los muchos que dice la Iglesia respecto a las migraciones que vienen bien al caso. En la ‘Evangelii gaudium’ se nos habla de la cultura del descarte, donde las personas son utilizadas y pone como ejemplos los mayores, los niños y los migrantes utilizados como armamento humano. No podemos utilizar a las personas.

Juan Pablo II desarrolló la idea de “estructuras de pecado”. Aparecen las migraciones como instrumentos de las estructuras de pecado. Hay que denunciar todo esto. Desde ‘Pacem in Terris’ hay un reclamo de la necesidad de una autoridad mundial sin las limitaciones que vemos que tiene la ONU, la OTAN… Juan Pablo II ya afirmaba que las personas tienen derecho a no tener que emigrar y menos a ser utilizadas como munición de intereses geopolíticos.

Y bien recientemente, en enero de este año, el papa Francisco, durante el discurso de inicio de año al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, expresó que los migrantes no deben ser tratados indignamente, ni tienen que ser rechazados bajo el argumento de una seguridad nacional. “No podemos permanecer indiferentes, ni quedarnos atrincherados detrás de muros y alambres espinados, con el pretexto de defender la seguridad o un estilo de vida, eso no puede ser”. Y añadió este párrafo que resalto por aquello de lo que estoy hablando: “Lamentablemente también es preciso destacar que los mismos migrantes a menudo son transformados en armas de coacción política en una especie de artículo de negociación que despoja a las personas de su dignidad”.

Pues eso.