Rixio Portillo
Profesor e investigador de la Universidad de Monterrey

Para Borghesi, Francisco no es el papa de los extremos


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El autor italiano Massimo Borghessi ha publicado recientemente un libro sobre el Desafío de Francisco de cara a la polarización en la iglesia de los Estados Unidos, y cómo la actuación de políticos, que se hacen llamar católicos, se enfrentan con el episcopado del norte.



La primera conclusión que vale la pena destacar del texto es que no contrapone un pontificado con otro, derrumba la tesis de una lucha contra los molinos del viento del papa anterior, sino que va al fondo del asunto en la incomprensión del fenómeno Bergoglio.

El segundo aspecto es que sustenta que los mismos que criticaban a Juan Pablo II y a Benedicto XVI, son los mismos que hoy no terminan de entrar en la dinámica de Francisco, específicamente señala la manipulación concreta a la Centesimus annus (1991) del papa polaco.

Juan Pablo II no fue el papa del capitalismo, por tanto Francisco no es el papa del comunismo. La denuncia de la Doctrina de la Social de la Iglesia es de mucho más atrás. Pío XI fue quien condenó al comunismo en la Divinis Redemptoris (1937), la cual alejó a la iglesia del colectivismo ideológico, pero fue en la Quadragesimo Anno (1931), que se rechazó el imperialismo del dinero, y con ello el modelo liberal.

No es desde los polos, sino la periferia

Para Borghesi el tema de fondo es la dialéctica contrapuesta entre un ‘catocapitalismo’ y un ‘catocomunismo’ que se oponen uno al otro, sin dejar posibilidad a un horizonte equilibrado al profetismo y la gracia, en sí: “Los valores de la derecha y de la izquierda se eliminan recíprocamente cuando se contraponen”, dice en el libro.

Por lo que para el autor, el papa Francisco no queda atrapado en la dialéctica de los extremos. El verdadero desafío Bergoglio hace reconocer que éste ha recibido críticas de ambos sectores ideológicos, por lo que no termina de entenderse a profundidad, la apuesta por la vía del discernimiento y la misericordia que propone el jesuita.

En el libro, Francisco no es un tibio centrista que no toma partido, al contrario, asume el conflicto, la polarización, pero no queda enredado en el maniqueísmo esteril de buenos y malos, sino que apuesta por un camino diferente. El autor dice: “El maniqueísmo político religioso es una trampa, una desviación ideológica que, actualmente contamina el mundo y la Iglesia”.  ¡Y son muchos los contaminados!

La respuesta de los papas, incluyendo a Francisco

El camino diferente es la vía de la misericordia, la cual es “el hilo rojo que, más allá de las diversidades de acentos y de estilos, une los pontificados” de Benedicto XVI y Francisco; el mensaje del papa de la encíclica de Dios amor se concreta en el de la fraternidad que reconoce que Dios no hace acepción de persona, lo cual no implica una laxitud moral.

La receta que propone Francisco a la iglesia es la del pensamiento de Guardini, que “rechaza el monismo y el maniqueísmo, y permite la reconciliación, la unidad en la diferencia”, y por lo tanto se abre a una auténtica amistad social.

Al término, el autor hace, — según mi perspectiva— un benévolo comentario al discurso inaugural de Joe Biden, y los puntos en común con la lógica de Francisco, sin embargo, abre las puertas a que sea la realidad la que hable, y los hechos permitan discernir en contra peso la catolicidad del presidente de la potencia mundial.

Sin duda alguna, una lectura necesaria en estos tiempos de efervescencia anti papal.

Borghesi, Massimo (2022). El desafío Francisco, del neoconservadurismo al «hospital de campaña». Ediciones Encuentro. España.


Por Rixio PortilloProfesor e investigador de la Universidad de Monterrey