José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

No es un elfo, es un ángel


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VIERNES. Gran Cruz del Arzobispado Castrense para Antonio Pelayo. De manos de Juan del Río. “Os preguntaréis por qué soy yo el que tomo la palabra. Soy el más viejo, son los privilegios de la edad”, bromea el corresponsal. Reconocido por promover la concesión de becas de estudio al clero castrense en Roma. “Son la élite, están entre lo mejor de lo mejor. No es adulación barata. Pasar varios meses en una fragata es una misión que no está al alcance de cualquiera”. No le falta razón. El arzobispo lo sabe bien: “¡Cuánta humanidad y valentía hay en ellos!”.



SÁBADO. Unos seis millones de estrellas, en la solapa de los viandantes. Los niños de la Infancia Misionera felicitan así las fiestas en nombre de los misioneros. Sin aguinaldo ni cuestación. Pistoletazo de salida en Getafe. El vicario de Apostolado Seglar echa el resto en la celebración. Los chavales corresponden.

DOMINGO. Zapping. Prime time. Programa ‘Volando voy’. El aventurero Calleja se adentra en el Camino Lebaniego. Recala en Santo Toribio. Encuentro con el franciscano Óscar Solloa. En pocos minutos, el fraile muestra el ‘lignum crucis’, los tres nudos del hábito, los callos de sus pies descalzos, su proceso vocacional, su espíritu misionero y el misterio de la fe. Iglesia sencilla, sin alharacas ni espinas. En primer plano. Reacción del presentador: “Me gusta tu manera de abrirte y de contar. Eso se llama cercanía”. Ni telebasura ni anticlericalismo catódico. De todo hay en la viña.

LUNES. “Sí lo es, sí lo es. Es un elfo”. Soniquete enquistado en mi oído. Me hace gracia el anuncio. Invita a descubrir más allá de la apariencia, aunque acabes comprando apariencias. Trasteando por ‘YouTube’, otra campaña. De Cáritas. Un hombre cabizbajo, descartado en el asiento del autobús. Un santo de la puerta de al lado le empodera para acceder a un empleo. No es un elfo. “Aunque no lo creas, todos tenemos un ángel. Tú también puedes ser un ángel. Dona”.

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