Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Necesidades ¿objetivas o subjetivas?


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Hace algunas semanas tuve en Sevilla un enriquecedor diálogo con el catedrático de Economía José Manuel Cansino Muñoz-Repiso en el que uno de los temas que afloraron y que crea discrepancias entre los economistas es si las necesidades son objetivas o subjetivas.



Es un problema de calado porque si las necesidades (todas o una parte) son objetivas podríamos investigar sobre cuáles son y si son iguales para todos. Sin embargo, si las necesidades son subjetivas, dependen únicamente de las preferencias, de la cultura o de la manera de pensar de las personas, con lo que nos es imposible realizar un estudio o sacar conclusiones acerca de cuáles son…

Una parcela de razón

Como muchas veces sucede en estas polémicas, ambas partes tienen una parcela de razón. Las necesidades son tan complejas que pueden ser objetivas y subjetivas. Ni todas son del primer rango ni todas del segundo. Existe una serie de necesidades que pueden ser objetivadas, pero otras muchas dependen tan solo de la opinión o del sentimiento de las personas que las tienen y son, por tanto, diferentes para unas y otras.

Pero antes de adentrarse en cuáles pueden ser o no objetivables hay que recordar que una cosa es la necesidad y otra lo que necesitamos para cubrirla totalmente. Por ejemplo, puede considerarse como necesidad la cura de una enfermedad. Mientras que esta necesidad es igual para todos, los recursos que se necesitan para cubrirla son diferentes si se trata de una persona que esté sana, o de otra que tenga una enfermedad crónica y que precise un tratamiento caro para poder sobrevivir.

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Hecha esta aclaración, existen unas necesidades que podemos considerar objetivas. Las primeras son las básicas, las que necesitamos para sobrevivir: comer, dormir, descansar, vestirse y contar con una morada en la que refugiarse del frío  el calor… Las segundas aquellas necesidades sociales o de la condición que dependen de la organización social en la que nos movemos y no tanto de nuestras decisiones.

Por ejemplo, los universitarios actuales, para poder seguir sus clases, necesitan un dispositivo móvil y un ordenador sin los que no van a poder seguir bien las clases ni llevar a buen fin sus estudios. Esto no es una opción subjetiva de los estudiantes, sino que se ven obligados a ello por la organización universitaria.

Opciones vitales

Sin embargo, existe una serie de necesidades que dependen, únicamente de nuestras opciones vitales, de nuestros gustos, de nuestras opiniones, o de qué es lo que nosotros consideramos mejor en nuestra vida… Estas necesidades derivan de apetencias, gustos o deseos que tenemos y que los convertimos en necesidades.

Otros provienen de adicciones o de compras previas que hemos hecho y que precisan de recursos para mantenerlas en buen estado. Somos nosotros quienes decidimos que algunas cosas que nos gusten pasen a ser necesidades, por ello, junto a necesidades objetivas, también existen otras que tienen una naturaleza plenamente subjetiva.