Rixio Portillo
Profesor e investigador de la Universidad de Monterrey

Manosear el perdón es despreciar a las víctimas


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Líderes siguen presentando propuestas para destrabar la situación venezolana, sin embargo, cualquier idea será infecunda si no toma en consideración a las víctimas de estos largos y oscuros años.



En Venezuela, las partes necesariamente tienen que cambiar su disposición frente a la negociación, pero hay ciertos aspectos que no pueden ser materia de trueque. La gravedad es humanitaria y la posibilidad de crímenes de lesa humanidad no puede ser abordada por la simpleza de una amnistía.

Esto no significa que no esté sobre la mesa la palabra perdón, la cual tiene que estar, pero el perdón basado en la justicia, la cual, como virtud moral se basa en darle a cada uno lo que corresponde.

El perdón exige una doble vía

El perdón no puede ser impuesto, no es una fórmula mágica ni instantánea para resolver conflictos. Es la determinación por querer avanzar frente al mal recibido y un gesto magnánimo de humanidad.

No obstante, el perdón no solo se da, también se recibe. El papa Francisco, en su época de cardenal, concedió una entrevista, la cual fue recogida en el libro El jesuita, en el que aborda el tema del perdón y la justicia en doble vía, no como acto unilateral:

“Hay que bendecir el pasado con el arrepentimiento, el perdón y la reparación. El perdón tiene que ir unido a las otras dos actitudes. Si alguien me hizo algo tengo que perdonarlo, pero el perdón le llega al otro cuando se arrepiente y repara”, dijo Bergoglio.

De igual modo agrega:

“Tengo que estar dispuesto a otorgar el perdón, y solo se hace efectivo cuando el destinatario lo puede recibir. Y lo puede recibir, cuando está arrepentido y quiere reparar lo que hizo. De lo contrario, el perdonado queda offside. Una cosa es dar el perdón y otra es tener la capacidad de recibirlo”, explicaba el futuro papa.

Esta opinión de Bergoglio puede iluminar el argumento presentado. La amnistía no puede pisotear a las víctimas con la injusticia.

Esclarecer si hubo o no delitos

El ya reconocer que es necesario una amnistía puede ser el primer paso para esclarecer que el tema de los Derechos Humanos no es secundario, ni menos importante. Es un tema gravísimo y neurálgico si realmente se desea progresar en la solución del conflicto.

Por lo que la justicia es una  de las condiciones para un proceso de encuentro y reconciliación que vendrá después de las prerrogativas restaurativas. Las víctimas tienen el derecho de la justicia y los venezolanos de bien, el deber de trabajar en ello.

De allí que, la solución para Venezuela se alcanza sin predisposiciones ideológicas ni con alianzas partidistas, sino con la voluntad de querer saber la verdad y trabajar por la justicia, ambos valores de la vida social y garantía para un auténtico desarrollo humano.


Por Rixio PortilloProfesor e investigador de la Universidad de Monterrey