José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Los mejores carismas


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JUEVES

Premios Carisma de CONFER. En el espacio O_Lumen. Se premia a quienes se entregan por otros. Pero, en realidad, se premia a esos otros con los que nadie cuenta y que ahora adquieren ese protagonismo que se merecen y parte de esta dignidad que les ha sido arrebatada en una frontera tras otra. Lo verbaliza José Luis Pinilla, el jesuita que lo ha dado todo por los migrantes.



Especialmente, en tiempos donde se miraba de reojo a quien sacaba la cara por los ‘sin papeles’ o se consideraba que esa labor era un apéndice prescindible del catecismo. Cuando conoció a Francisco, el Papa le preguntó: “¿Cómo llegaste ahí?”. Él le contesto: “Por obediencia”. Y por vocación. Porque si no, no se explica que no deje de ser voz de denuncia. “La última vez que acompañé a un migrante a un centro de salud se apoyaba en mi hombro, pero me di cuenta de que era yo el que me apoyaba en el suyo y que me estaba guiando a los derroteros que Dios quería para mí”.

En la misma verja se mueve Antonio Viera, premiado por darlo todo por los abandonados en Canarias después de sobrevivir al naufragio del cayuco a quien puso nombre y apellidos en alto. Para que a nadie se le olvide que no son cifras. “Nombrarlos es rescatarlos del mar de la invisibilidad en el que se encuentran, hacerles sentir que no están solos”. Para rematar, el silencio orante de Jordi Sabaté, el enfermo de ELA que se comunica con algo más que una mirada que convierte en palabra que desencaja cualquier excusa de quienes no aprecian la vida solo porque algo falla.

DOMINGO

Comprendo perfectamente que los discípulos estuvieran acongojados en la barquita en medio de la tormenta. Por muy recios y pescadores que fueran. Bien lo saben los que echan las redes, día sí y día también, y han visto cómo una ola se ha llevado por delante a algunos de sus compañeros. Lo que sí me interpela es pensar cuando vemos tempestades o hacemos por verlas, cuando en realidad son cuatro gotas. El problema de ahogarse en un vaso de agua y llevar a los demás al arrastre contigo.

MARTES

Rueda de prensa de Obras Misionales Pontificias. Charo es voluntaria de la Delegación de Misiones de Córdoba, pero se resiste a la etiqueta. Y hace bien. La credibilidad se la dan los treinta años que lleva sacando la cara por el Domund y la Infancia Misionera. “A nosotros eso de llamarnos voluntarios no nos gusta mucho, porque simplemente somos cristianos comprometidos y la animación misionera es nuestra manera de compartir la fe y la vida”. ¡Quién fuera misionera como Charo!

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