Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Los bienes y servicios relacionales


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Otra de las cuestiones que podemos aprender de la plaga del coronavirus tiene que ver con los bienes y los servicios de los que gozamos. Gozar de muchos bienes puede haber resultado positivo para pasar los días de encierro.

No ha sido lo mismo para aquellos que viven en una casa con jardín, buenas vistas, muchos metros cuadrados en los que poder moverse, que para aquellos que han tenido que pasar este tiempo en un pisito de pocos metros, hacinados porque eran varios, y con unas ventanas por las que no entran los rayos de sol ni tienen buenas vistas.



Tampoco ha sido lo mismo para aquellos que tenían una buena conexión de internet que no se saturaba con el uso de todos los miembros de la familia, o que contaban con varios dispositivos informáticos para poder seguir los cursos on line o el teletrabajo todos al mismo tiempo, o que estaban inscritas en plataformas de emisión en continua que les daban acceso a diversos productos audiovisuales, que para aquellos que contaban con una conexión wi-fi poco potente, o no tenían suficientes dispositivos informáticos ni acceso a las plataformas en continuo.

Podemos pensar que, como siempre, tener más cosas es lo importante porque lo hace todo más fácil. Sin embargo lo que nos ha enseñado el encierro es que podíamos tener una casa magnífica, con acondicionada con todo lo mejor, pero que si estamos solos y no podemos relacionarnos con los demás ¿De qué valen todas nuestras posesiones?

converaciones con móvil, videollamada

Porque el tener sin la capacidad de compartirlo con los demás, sin que eso sea un instrumento para poder encontrarte con el otro, puede perder su sentido. Lo importante de nuestros bienes, de los servicios a los que accedemos es que nos dan la excusa para poder acercarnos al otro, para la convivencia, para estar con los demás. Somos seres relacionales y esto es lo que nos hace crecer.

Por eso ¿qué es lo más importante del móvil? ¿Sus múltiples aplicaciones? ¿el acceso a redes sociales? ¿O que nos ha servido para unirnos a quienes estaban lejos? Y si no que se lo digan a la gran cantidad de abuelos ilusionados con la videoconferencia a través de la cuál podían ver y hablar con sus nietos.

O los amigos que se han encontrado virtualmente para tomar un aperitivo cada uno en su casa, pero todos unidos gracias a los dispositivos móviles, o a la gran cantidad de mensajes que nos enviamos para estar en contacto con nuestros seres queridos, o las horas que hemos pasado hablando con amigos por teléfono.

Incrementar la conciencia de la importancia de los bienes y servicios relacionales. Es decir, que aquello que tenemos o disfrutamos nos hace más felices cuando su uso nos acerca al otro, cuando nos permite relacionarnos, cuando nos sirve de herramienta para la amistad. Tener nos trae más satisfacción si lo ponemos al servicio de nuestra relación con el otro. Porque lo importante no es tener, sino convivir. La convivencia es la que nos permite vivir en plenitud.