Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

La prudencia en los proverbios


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El libro de proverbios tiene una serie de recomendaciones económicas. Voy a centrarme en una de ellas que también podemos observar en otros libros sapienciales: el ideal “de la prudencia, de la moderación, de la previsión… de descubrir la dimensión que a cada uno se le ha asignado sin invadir la de ningún otro” (Cavedo, R. Moral del Antiguo Testamento y del Judaísmo’, Varios, ‘Nuevo Diccionario de Teología Moral’, Madrid 1992, 1200)



Solamente un comportamiento prudente, mesurado, que no se tome las cosas demasiado a la tremenda, se ajusta a la creación en la que nos ha tocado vivir y puede permitirnos responder adecuadamente a los desafíos que nos plantea la existencia día a día. La insensatez, la necedad, el faltar a la prudencia para embarcarse en aventuras que no se sabe si van a llevar a buen fin, son acciones que repercutirán negativamente en aquellos que las lleven adelante (Prov 27,22-23 y 28,19),

Ligado a este consejo, advierten los proverbios sobre la inconveniencia de buscar la ganancia fácil y rápida alabando el trabajo duro como principal fuente de riqueza duradera: “Riqueza adquirida de prisa se desvanece, pero el que la reúne poco a poco la aumenta” (Prov 13,11).

accidente, movimiento de tierra

En el capítulo 31 de libro, si dejamos a un lado la postura de género que sostiene (y que es en parte la responsable del rechazo a esta sabiduría que pone a la mujer en una posición subordinada al hombre), podemos encontrar una alabanza al trabajo duro, a la labor del día a día que va haciendo crecer la riqueza y va bendiciendo con dones a aquellos que lo llevan adelante.

La laboriosidad de la hormiga

Del mismo modo, el libro elogia el comportamiento laborioso confrontándolo con la pereza. Es el primero el que conviene a los hombres y el que mejores resultados le va a reportar. La laboriosidad de la hormiga es recomendada y puesta como ejemplo a seguir (Prov 6, 6-11)

Proverbios, pues, afirma que las prisas son malas consejeras, que las ganancias que llegan con demasiada rapidez, pueden partir también con mayor premura que la deseada. “El que cultiva su campo se hartará de pan, el que va detrás de quimeras se hartará de miseria”(Prov 12,11 y 28,19). Este proverbio sintetiza de una manera magistral esta idea, solo el trabajo diario y constante, la labor realizada poco a poco, da sus frutos a largo plazo, lo demás será flor de un día.