Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

La conspiración de Masmás


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El 30 de febrero de 2009 se reunió el Foro de Avaricia Mundial (FAM) en el paraíso fiscal de las Islas Masmás para buscar cómo podían explotar todavía más a más gente, especialmente en Occidente, donde tienen demasiados derechos laborales. En plena catástrofe económica, la gente lo soporta todo.



Programa revolucionario

El FAM asumió entusiasta el programa revolucionario que propuso el demógrafo vienés Hepulom Scrooge: “Hagamos que los trabajadores dediquen todas las energías de su juventud al empleo sin ningún tipo de limitación de tiempo que no sea para consumir. Difundamos la cultura de que no tienen que tener hijos antes de los 45 años y no deben comprometerse nunca con ninguna pareja. Así, liberaremos a millones de varones para concentrarlos solamente en trabajar. Eliminemos el matrimonio, son alianzas que pueden crear resistencia. Convenzamos a las mujeres de que ser madres es la peor decisión si quieren ser buenas profesionales y feministas. Que nadie dedique a tener hijos sus mejores años de fertilidad y fuerza vital. Que atrasen lo más posible su felicidad. Cuando cumplan 45, ya serán mayores a los que pagar menos y despedir. Persuadamos de que si no se autoexprimen 12 horas diarias para labrarse una carrera laboral, no pueden competir. Generalicemos el derecho al aborto. Desorbitemos el precio de la vivienda para evitar la tentación de que formen una familia. Para paliar la soledad y el afán de cuidar, hagamos un negocio multimillonario vendiéndoles porno y mascotas. Que se nieguen a sí mismos todo aquello que les haría más felices en la vida, su familia, y se dediquen tan solo a producir y consumir para hacernos más ricos. ¿Imposible? Se puede lograr”, concluyó Hepulom Scrooge entre aclamaciones.

No sucedió, pero funciona como si lo hubiera hecho. El hipercapitalismo es una máquina insaciable que castra el ciclo y proyecto vital.

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