Presidente general de JEC

Escuela y utopía


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Es hora de hacer balance del curso que está terminando. Ha sido intenso y decisivo. El medioambiente, la igualdad de género, la situación política (más bien, electoral y partidista) o la Iglesia (abusos, jóvenes, vocación) han tenido protagonismo durante este año con encuentros, manifestaciones, movimientos sociales, populares, cambios de gobiernos, cambios de obispos, bajas, altas…

La JEC, como movimiento eclesial y asociación juvenil, ha estado presente en cada uno de los espacios anteriores y el reflejo de ser un acompañamiento de la realidad y situaciones que viven los jóvenes, son los temas que hemos tratado en nuestras campañas (política, medioambiente y autenticidad personal). No podemos atender a otras cosas que no sean las que nos rodean, y estando siempre de parte de los descartados.

Insistimos en la importancia de la participación juvenil y en la necesidad de que se apueste por la juventud y se invite a asumir responsabilidades.

Escuela

Hace unos años, la JEC tenía una revista propia que se llamaba Escuela y Utopía. Actualmente, no podemos mantener una publicación de tales características y ahora tiene forma de colaboración trimestral en otra revista. Aun así, el espíritu que pretendía transmitir es el que he intentado plasmar durante este curso con estas entradas semanales. He tratado los temas actuales que a mí me parecía que como joven, estudiante y creyente podría reflexionar para servir, con humildad, a quienes me habéis leído. Sin saber de nada en especial me he enfrentado a muchos temas que creía necesario dar voz.

Utopía

Ha sido nuestro principal canal de comunicación durante este curso, como un día lo fue esta publicación propia. Vino nuevo en odres nuevos, sabiéndose adaptar a las necesidades. “No tengáis miedo” es de las frases que más me sorprenden del Evangelio y de las que más se repiten. Yo también me la repito mucho.

He puesto mi vida en estas 35 semanas que he estado compartiendo en esta revista. Gracias por la oportunidad a Vida Nueva y enhorabuena por la apuesta fiel y radical que hacéis.

La Escuela como lugar en el que compartimos vida y donde hacemos presente el Evangelio, sin proselitismos ni pesadumbre sino con humildad, cercanía y alegría. Sabiendo que quizás no es para todos, pero que nos ayuda a descubrir la vocación de servir a los demás desde nuestras opciones de estudio. La utopía como meta a alcanzar y desde la que soñar cada día. Sirva esto como homenaje a la historia de tantas personas que han hecho posible que yo hoy esté aquí, y la JEC siga siendo ese mismo movimiento con espíritu crítico y seguidor de Jesús.

En mi primera entrada invitaba a actuar ante las llamadas, ante todas las que sintamos. Hoy estoy aún más convenido, sabiendo que “sé de quién me he fiado”. Esto no es fácil. Solo nos queda ponernos en las manos del Padre/Madre, y seguir el camino. Gracias.