¿Es una cabronada ser viejo?


Compartir

No lo digo yo, lo dice el escritor José Manuel Caballero Bonald en una entrevista para El Cultural el 9 de marzo de 2010 (se puede ver el vídeo en YouTube.

No sé si tendrá razón el escritor jerezano, pero en el libro del Eclesiastés encontramos un hermosísimo poema que, al menos en parte, parece darle la razón:



“Ten en cuenta a tu Creador en los días de tu juventud, / antes de que lleguen los días malos / y se acerquen los años de los que digas: ‘No me gustan’; / antes de que se oscurezcan el sol, la luz, la luna y las estrellas, / y vuelvan las nubes tras la lluvia. / Cuando tiemblen los guardianes de la casa / y se encorven los robustos; / cuando se paren las que muelen, porque son ya pocas, / y se oscurezcan las que miran por las ventanas; / se cierren las puertas de la calle / y se apague el ruido del molino, / se extinga el canto del pájaro, / y enmudezcan las canciones; / cuando den miedo las alturas, y los sobresaltos del camino; / cuando se desprecie el almendro, / se haga pesada la langosta / y no tenga efecto la alcaparra. / Porque el hombre va a su morada eterna, / y merodean por las calles las plañideras. / Antes de que se rompa el hilo de plata, / y se destroce la lámpara de oro, / se quiebre el cántaro en la fuente, / y se precipite la polea en el pozo; / antes que vuelva el polvo a la tierra, de donde vino, / y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio” (Ecle 12,1-7).

El cuidado de los viejos

Las imágenes de la pérdida de dientes y muelas (“las que muelen”), la sordera y la falta de visión, unido a la debilidad general, el temor e incluso al apagamiento del deseo sexual (al menos así interpretan algunos lo de que “no tenga efecto la alcaparra”), todo eso ciertamente forma parte de la vejez. Lo cual choca con esa imagen de ancianos lozanos, risueños y alegres que llenan los anuncios de productos para fijar la dentadura postiza o de empresas cuyo negocio es el cuidado de los viejos.

Hace años, El Corte Inglés acuñó la expresión “¡Qué grande es ser joven!” para una campaña de publicidad. ¿Podríamos decir hoy lo mismo con respecto a los ancianos?