Héctor Sampieri Rubach, director del Pontificio Instituto Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia en México
Director del Pontificio Instituto Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia en México

El universo del Acompañamiento Personal


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En nuestro último encuentro completamos la reflexión de la directriz que seguiremos en esta colaboraciones, respecto al oficio y arte de acompañar, desde la visión del Santo Padre Francisco. Hemos revisado juntos entonces algunas características comunes a todo tipo de acompañamiento, y de manera puntual profundizamos sobre la escucha como una disciplina de servicio al otro.



Desde el camino andado, ahora, pasemos a definir y presentar de modo general el universo del acompañamiento personal.

Reiteremos para ello un primer punto central. La necesidad de acompañar al ser humano se revela como un área apremiante para una época como la nuestra. El anhelo de cercanía y de encuentro es, hoy por hoy, un valor emergente que se presenta con gran posibilidad creativa. Puede decirse que el programa de acompañamiento ha sustituido, en muchas organizaciones humanas, como las empresas por ejemplo, al viejo paradigma de la dirección de personas.

Y es que es un hecho que el varón y la mujer del siglo XXI no buscan ser dirigidos desde fuera, sino acompañados desde lo más profundo de su ser y de su propia experiencia humana, para lograr así conectar con su propósito y significado de vida, ante un mundo que, como se puede concluir, no ha presentado en este tiempo su rostro más benévolo.

Se entiende el acompañamiento personal como un servicio intencional a la persona, en un contexto más o menos profesional, desde donde se busca generar una dimensión de apoyo frente a los intereses, necesidades, problemas, preguntas, retos y desafíos que la vida actual presenta al ser humano concreto y particular.

En mi práctica profesional, cercano a las familias y a las inquietudes de muchas personas e instituciones, he descubierto que dentro del programa del acompañamiento personal, de acuerdo a las necesidades concretas, existen muchas posibilidades de servicio a la persona y a sus retos de vida.

No hay una alternativa única, no se trata de rutas prefabricadas donde las personas eligen de una vez y para siempre; en temas del acompañamiento personal, necesitamos hacer matices y distinciones para aprovechar del mejor modo posible su efectividad.

Presento a continuación un listado, no definitivo sino simplemente indicativo para delinear la reflexión de las próximas entregas, de dichas alternativas que iremos revisando a detalle:

  1. Coaching
  2. Asesoría
  3. Tutoría/asesoría académica
  4. Orientación/consultoría
  5. Grupo de apoyo y gestión emocional
  6. Dirección espiritual/ orientación moral
  7. Mentoring
  8. Terapia/psicoterapia

Cada una de estas alternativas cuenta con un contexto determinado, y será objeto de una posterior contribución definirlas a cabalidad y distinguirlas entre sí como niveles y/o matices del servicio a la persona concreta de esta época nuestra, llamada a ser, se reconozca o no, la década del acompañamiento personal.

Dos temas medulares

Quisiera por ahora, completar la entrega de esta ocasión, indicando dos temas medulares de este universo a modo de precisiones a la aproximación pretendida ahora:

A) Es muy importante para mí remarcar como he dicho previamente, y de pasada, que no existe en el acompañamiento personal una ruta absoluta: las personas en búsqueda de su desarrollo personal, familiar, profesional y espiritual, dependiendo del momento concreto de su vida, pueden acceder a diversas modalidades de acompañamiento como respuesta a las exigencias de su propia realidad.

No hay entonces una vía única más relevante que otra, sino aquella que responda y satisfaga de mejor manera las necesidades específicas de las personas. Será un punto importante saber qué opción puede ofrecerse para atender problemáticas o desafíos particulares, pues es cierto que determinados asuntos pueden abordarse de mejor manera en un contexto de atención que en otro. Pero esto, si me lo permiten los lectores de este espacio, lo iremos resolviendo en próximas entregas.

B) Los diversos caminos del acompañamiento personal no son necesariamente excluyentes entre sí, sino que pueden ser alternativas complementarias en el apoyo integral que se ofrece a las personas. Es más, entre más vías de apoyo, para descubrirse a sí mismo y responder de mejor manera a sus desafíos, las personas podrán desarrollarse de manera más óptima en una perspectiva integrativa del sentido y propósito de su vida.

Un coaching, por ejemplo, enfocado a situaciones prácticas de lo cotidiano, puede ser compatible con un proceso terapéutico en la dimensión emocional y de la misma manera, la experiencia de mentoría, podría contribuir para desarrollar habilidades y capacidades profesionales.

Los profesionales del acompañamiento, independientemente de la metodología que empleen, deben ser conscientes, en todo proceso, de estos dos elementos característicos del universo que ahora tratamos de exponer para comprensión y aprovechamiento del lector.

Nos encontraremos próximamente para describir la metodología del coaching, como la primera alternativa del listado que hoy hemos presentado. Por ahora, es todo de mi parte.

¡Hasta pronto y hasta siempre!

P.D. Deseo de corazón, en la oración viva de la Iglesia en estos momentos de emergencia, que Dios nos conceda a todos salud y bienestar. Continuamos pidiendo a Nuestra Madre Santísima, en su advocación de la Virgen de Fátima a quien estamos por celebrar, que interceda frente a su Divino Hijo, por las personas enfermas, por sus familiares y por los profesionales de la salud que les atienden. ¡Dios nos bendiga a todos!

 

@HazyAprende