José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

Dialogando con políticos


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El Centro Pastoral de Investigaciones de la Arquidiócesis de Monterrey, México, a solicitud de su arzobispo, don Rogelio Cabrera López -quien también es Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana-, organizó un encuentro con diversos personajes inmiscuidos en la política partidista, el martes 5 de abril de 2022.



La reunión se dio en el marco del proceso sinodal que estamos viviendo en todo el mundo, y en el que el papa Francisco nos ha invitado a escuchar a diferentes actores no sólo de la Iglesia Católica, sino de la sociedad civil.

En esta porción regiomontana, como en la mayoría de las diócesis, se está dialogando con fieles cercanos a las parroquias, con agentes de pastoral involucrados en diferentes ministerios, con consagradas, diáconos y presbíteros, pero también con políticos, empresarios, académicos, comunicadores, etc. Dos han sido las preguntas-base para los conversatorios: ¿qué opinas del trabajo pastoral de la Iglesia Católica?, y ¿qué sugieres para que ella tenga más impacto en la sociedad?

Se invitó a dos grupos de militantes-políticos: aquéllos que actualmente ejercen una función pública –alcaldes, diputados, senadores, encargados de alguna dependencia– y otros que tuvieron esas responsabilidades en el pasado, y hoy realizan otras actividades. Fueron 48 en total, 28 varones y 20 mujeres, de todos colores, sabores y picores de filiaciones partidistas.

 

Arquidiócesis de Monterrey

Me llamaron la atención dos cosas. La reiterada solicitud de que tales reuniones se repitan, y la advertencia de que la Iglesia Católica está perdiendo de manera drástica a los jóvenes.

En primer lugar, sorprende que en un país tan laicista como México, y en el que quienes se dedican a la política profesional siempre han sido vistos como masones y “comecuras”, se hayan expresado con tanto respeto hacia el Arzobispo, y le hayan pedido, de manera insistente, que renueve la convocatoria. Pareciera que añoran este tipo de espacios en los que se reúnen como colegas de vocación y no como enemigos de coyuntura.

Por otra parte, y gracias a su conocimiento de las problemáticas sociales, son conscientes y lo hicieron saber, de que los jóvenes están cada vez más expuestos a todo tipo de propuestas delictivas, de adicciones que conducen a la muerte, de apuestas por el inmediatismo pragmático y a la ausencia de compromisos comunitarios.

Estoy seguro que este diálogo no sólo se inscribe a toda ley en el proceso sinodal señalado por Francisco de Roma, sino que también servirá para la próxima planeación pastoral de la Arquidiócesis de Monterrey. En fechas próximas se tendrán coloquios semejantes con empresarios y académicos. Ya los reportaremos.

Pro-vocación

Hoy comienza la Semana Santa y, a diferencia de los últimos dos años, pareciera que volvemos a los tiempos pre-pandemia. Los templos lucirán rebosantes, la andanada de simbolismos litúrgicos resplandecerá, sobre todo en la Vigilia Pascual, y los resortes religiosos que todos tenemos se activarán. Sería bueno que nos hiciéramos unas preguntas: ¿En estos dos años de cuarentena, sufrió alguna modificación mi fe? ¿Me sirvió el confinamiento, las enfermedades y muertes de familiares y amigos, para replantearme mi idea de Dios? ¿Abrí un paréntesis que ahora se cierra, para que todo vuelva a ser como antes?