Presidente general de JEC

Acción política


Compartir

Hoy traigo la primera de tres entradas consecutivas, en las que presentaré lo que estamos trabajando durante este curso en la JEC, a lo que llamamos Campañas. La Campaña es el instrumento que nos sirve para tratar temas que preocupan en el día a día de nuestras clases y nuestro estudio, es una de las herramientas que nos permite estar en salida. Somos capaces de ver como se sitúa nuestro alrededor, lo miramos con las gafas de Jesús y finalmente nos preguntamos si podemos hacer algo para transformar nuestro alrededor.

Los temas son elegidos y trabajados por los y las militantes, cada uno según el nivel de estudio en el que se encuentren. Tenemos pues, uno por jóvenes de secundaria; otro por universitarios o alumnado de ciclos superiores y, finalmente, por las personas graduadas que han terminado sus estudios y están iniciándose en el mercado laboral, o intentando descubrir donde desarrollar su vocación.

Es la manera que tenemos, desde los movimientos especializados de Acción Católica de estar presentes en medio del mundo y construir desde ahí el Reino. Una Iglesia verdaderamente en salida que escucha los gritos de su alrededor, interpreta a la luz de su fe y se moviliza para ser instrumento de cambio.

Acción Católica: ¿Acción Política?

Con unas recientes elecciones en Andalucía que suponen un anticipo para 2019, los cristianos tenemos que tener, hoy más que nunca, una voz e implicación en la política. Empezando por entender que significa hacer política y que diversas formas hay para ello, las personas graduadas, durante este curso, estamos adentrándonos en el compromiso sociopolítico. Como cristianos estamos llamados a llevar el Evangelio a todo lo que hacemos, ser agentes activos.

Creemos que, en la política, instrumento principal de transformación social, también tenemos algo que decir, y algo que hacer: ¿De qué manera quiero situarme ante la realidad de mi trabajo, ciudad, región, país, a nivel mundial…? La llamada de Francisco es clara: “Involucrarse en la política es una obligación para un cristiano. Nosotros no podemos jugar a Pilato, lavarnos las manos, no podemos (…) Debemos inmiscuirnos en la política porque es una de las formas mas altas de caridad, busca el bien común. Los laicos deben trabajar en política”.

Primera luz de esperanza

El domingo comenzó el tiempo de adviento, y encendimos la primera vela en nuestros hogares y parroquias. Además, coincidía con los resultados de unas elecciones con escasa participación (58,64%) en los que una nueva fuerza, con un discurso algo preocupante, irrumpía en el parlamento andaluz y desbancaba a otras fuerzas políticas. Es un fiel reflejo de la actualidad, no hay confianza en ningún partido, no hay referentes sobre los que querer construir un mundo más justo, igualitario y fraterno. Ganas de cambiar, pero pocos canales para ello.

Gente que se queda en su casa, y no cree que su voto pueda hacer nada, que se queda parada ante las injusticias del mundo. Si no convence lo que hay, tenemos que hacer algo por cambiar. El mensaje de las personas cristianas es muy potente, no hay en esta sociedad un mayor manifiesto. Contra el odio, la acogida; contra el individualismo, la fraternidad; contra la indiferencia, nuestra cercanía al que sufre, y contra el miedo, la esperanza.

Encendimos la primera luz, sabemos que está llegando el momento y lo esperamos con muchas ganas. Justo el domingo, que casualidad, encendimos la primera razón para la esperanza. Yo, al conocer los resultados electorales de mi región vecina, me leí de principio a fin ‘El principito’, necesitaba tener cerca a ese niño. A veces tengo la impresión de que soy un poco como las personas grandes. Y eso me preocupa, porque las personas grandes no saben ver lo verdaderamente importante.