Me inspiré también en mí mismo: una vida larga permite hacer un buen balance, por subjetivo que sea. Juan Martín Velasco, maestro y amigo, me dictó las nuevas actitudes que solía pedir en medio de una crisis eclesial que conocía bien y nunca eludía. Dietrich Bonhoeffer, al que a veces citábamos los dos, es un punto de referencia clave para todos nosotros, católicos o no.
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Andrea Riccardi, con su valiente libro ‘La Iglesia arde. La crisis del cristianismo hoy’, analiza muy bien la situación de las iglesias, desde la Comunidad de Sant’Egidio que fundó. Para Riccardi, la catedral de París ardiendo es un símbolo eclesial. Se edificó de 1163 a 1345; ardió la última vez el 15 de abril de 2019 y fue reconstruida en cinco años y medio, hasta que se reabrió el 8 de diciembre de 2024.
Las iglesias pueden caer. Incluso diócesis enteras, pero la Iglesia no. Cayeron las iglesias latinas del Asia menor, la actual Turquía, que acogió el Concilio de Nicea hace ahora mil setecientos años justos. También las del norte de África, con san Agustín y más de trescientos obispos. Pero “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16, 18).
Aparte del símbolo ardiente, a mitad del siglo XX ya se preguntaban los franceses si no sería ‘La France, pays de mission?’. Como reacción, nacieron los curas obreros (del cardenal E. Suhard), prohibidos en 1954 por Pío XII y luego readmitidos. Por aquel entonces, se hablaba más de crisis eclesial en Francia –y en la misma Alemania– que en Italia y en nuestra España franquista.
Crisis en Europa
Hoy se habla de crisis del cristianismo en toda Europa. El teólogo dominico Jean-Marie Roger Tillard, perito conciliar, llegó a preguntarse en 1996 en una conferencia en Canadá: ‘¿Somos los últimos cristianos?’. También Joaquim Gomis se lo preguntó entre nosotros y J. Martín Velasco citaba otros titulares parecidos: “Quo vadis Ecclesia?”, “¿Va a morir el cristianismo?”, “¿Serán cristianos nuestros hijos?”.
En el mismo Evangelio leemos: “El Hijo del hombre, cuando venga, ¿encontrará fe en la tierra?” (Lc 18, 8). Riccardi cita una proyección a futuro desde las cifras actuales hecha por J. Fourquet; dice que en Francia se hará el último bautizo en 2048; la última boda, en 2031; y se quedarán sin curas en 2044.
La Iglesia española es muy distinta de la alemana, por ejemplo, donde el estudio de la teología protestante y católica pertenece a la universidad estatal, lo que permite situar en responsabilidades eclesiales retribuidas a laicos y a mujeres licenciadas y doctoras; mientras que en España la ignorancia teológica es muy abundante.
Francia, Italia y España
La Iglesia francesa está acostumbrada a vivir todo el siglo XX en un estado laico; mientras que la española vivió casi 40 años de ese siglo en un estado nacional-católico. Italia convive con el Estado Vaticano desde los Pactos de Letrán con Mussolini en 1929 y su Iglesia tiene una presencia muy superior a la española; sin embargo, el anticlericalismo social es menos agrio que en España.
Determinar la vitalidad y la crisis de cada Iglesia es muy difícil, pero la nuestra está marcada todavía por la Guerra Civil y sus mártires, por Franco –“bajo palio”– y por la transición a la democracia con el cardenal Tarancón –“¡al paredón!”–, así como por un incoloro episcopado español posterior. Dicen que el papa Francisco se lamentaba con un cardenal amigo de que en España “no hay banquillo” para renovar el equipo.
Menos católicos
Hoy se habla de un 10% de españoles que van a misa los domingos. Según la Conferencia Episcopal Española (CEE), más de 8,2 millones de personas acuden regularmente a misa; y, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), había un 55,4% de católicos en España en octubre de 2021.
El caso evidente es que estamos ante un imparable descenso de la práctica sacramental y de las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. La boca nos sabe a derrumbe de la cristiandad, si no del cristianismo. Mientras tanto, en América Latina están todavía el 40% de los católicos del mundo y muchos viven ahora en España y consuelan algo nuestra desesperanza. (…)
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Índice del Pliego
Mis fuentes
El símbolo de Notre Dame
La crisis actual es más extensa
Crisis eclesiales de dos tipos
La crisis actual, a gran escala
Algunas salidas y esperanzas en la Iglesia actual
La secularización
Mayo del 68
Aún queda mucho Concilio lleno de esperanza

