Las puertas de Antonio López para la catedral de Burgos ya están abiertas

Fidel Herráez, Antonio López y Mario Iceta, en la presentación de las puertas de la catedral de

Seis metros de altura, unas ocho toneladas de peso y una inversión de más de un millón de euros. Las puertas encargadas a Antonio López para acceder a la catedral de Burgos, Patrimonio de la Humanidad, ya son una realidad: hoy han sido inauguradas con el respaldo del propio autor, del arzobispo Mario Iceta y el emérito Fidel Herráez. Sin embargo, el emplazamiento ha variado y de momento no están en la fachada de Santa María. El propio Iceta recordaba esta mañana que el emplazamiento de las nuevas puertas en el museo de la catedral será provisional aunque por tiempo indefinido, y que esperarán a ver la acogida para elaborar un estudio de impacto patrimonial y solicitar la ubicación en el lugar para el que fueron concebidas. Así, se exhiben en el interior, en la Capilla de Santiago. No se podrán atravesar como era la intención primigenia, en 2021, coincidiendo con la celebración del VIII centenario de la catedral, fecha del encargo. Un tríptico formado por La Creación, La Anunciación y la Encarnación que bascula entre la pintura y la escultura, obras talladas en bronce con la maestría del gran artista de los siglos XX y XXI.



El pasado verano ya anunciaba que las puertas estaban a punto de echar a andar (es un decir), los paseos a la fundición eran cada vez más frecuentes, la obra estaba casi lista, aunque el rostro de Dios se le resistiera y le echara un pulso. La espiritualidad de la obra está fuera de toda duda.

Voces en contra

Minucioso, detallista, concienzudo en su tarea, son muchos los ojos que se han volcado sobre Antonio López desde que se hizo público el encargo. Las voces en contra, soliviantadas incluso por la afrenta de recolocar una nueva entrada en la catedral, no tardaron en escucharse, organizarse y dar jugosos titulares. Y en manifestarse. El pueblo se agitó y pidió reconsiderar un encargo tan único como interesante. Él siguió trabajando, sacándole forma al bronce, dándole vida, ajeno a tanto murmullo, pero sabedor del mismo.

Antonio López. Catedral Burgos

Cuando llegó a la catedral la primera puerta (son tres), se pudo ver de cerca la dimensión de las hojas. No era sencillo manejar semejante material en el interior de una de las construcciones religiosas más bellas de España. “Izar” esas moles de bronce en vertical, después de que llegaran en posición horizontal, fue todo un reto. Superado, claro está, sin incidencia alguna.

Tres inmensas obras

A pesar de que se ubicarán en el interior del templo y no en el exterior, todo apunta a que acabarán en la fachada de la catedral, que es para donde fueron concebidas: “La intención es que vayan al lugar para el que están destinadas, y así se irán dando pasos, se buscarán la cohesión y el diálogo”, anunció Mario Iceta. “No tenemos prisa, no queremos que este proyecto sea acogido como un aguacero torrencial, sino como un rocío”, subrayó el arzobispo. A partir del domingo 30, el público podrá ver las tres inmensas obras. El recorrido se acompañará de unos paneles explicativos sobre el proceso de trabajo. No habrá mucho tiempo para detenerse y degustar tan magna creación, apenas cinco minutos, pues se prevé una importante afluencia de visitantes.

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